sábado, 29 de mayo de 2010

1968… el Mundo de la Vida



Sólo se puede ver lo invisible si se lo está buscando. Sherlock Holmes

Una parte del título de este escrito alude a lo que el filósofo Edmund Gustav Albrecht Husserl llamaría Mundo de la vida, un sentido compartido, incuestionado pero cuestionable, un manantial inacabable, decía, del que beben estructuras simbólicas como el lenguaje, el mito, el arte. El año refiere a Castoriadis para el que 1968 es el año en que se posiciona el término imaginación en boca de todos a raíz de las manifestaciones inicialmente juveniles que se tomaron las calles de París, Praga y México, con pancartas que abogaban por llevar la imaginación al poder. A raíz de esto un término generalmente asociado a lo irreal era por primera vez arrastrado a lo real. Es en este contexto en que surge el concepto de imaginarios sociales. Lo real, para Castoriadis, es aquello generado por cada sociedad mediante un proceso de institucionalización de elementos imaginarios. Pensamos, imaginamos, soñamos y finalmente nombramos lo invisible, y con ello, tal como al Gólem de Praga, un ser animado fabricado a partir de materia inanimada, logramos darle vida, pasando a formar parte constituyente de la realidad social. Una característica de los imaginarios sociales es que se encuentran básicamente enfocados hacia el futuro, lo que nuevamente establece una distinción con otros conceptos que se utilizan en el mercado de los estudios culturales y sociales, tales como conciencia colectiva y representaciones sociales. El imaginar estaría vuelto hacia adelante, lo que, para el influyente filósofo francés Gaston Bachelard, lo diferenciaría e incluso opondría a operaciones mentales como pensar, que se detiene en el presente, y soñar, que sería una construcción tejida con retazos del pasado. La intención siempre de abordar, a través del texto o de una exposición, un momento histórico, una corriente de arte o un pensamiento es generar el diálogo, contrario a lo que un espectador comentaba al ver una imagen de guerra en una obra de arte, lo que le parecía “promover la violencia” ignorando una realidad a la que hay que enfrentar y no esconder la cabeza en un agujero. Imaginar desde la realidad nos lleva a actuar. Los imaginarios, por otra parte, sirven también para explicar, percibir e intervenir la realidad, en una lucha de tensiones que se da entre el Estado, el mercado y las empresas de construcción de realidad como las instituciones religiosas, educativas, y las comerciales de la moda. Archivos Ciudadanos de América Latina. Proyecto Imaginarios Urbanos de Armando Silva, es un ejemplo importante, propone un acercamiento a una de las formas en las que se ha querido entender cómo los ciudadanos representan sus ciudades a la vez que construyen nuevas relaciones con ellas. Este espacio de consulta, configurado inicialmente para la Fundación Antoni Tàpies en Barcelona, y que luego se reformula acondicionándose a su nuevo contexto, apoyado por el Convenio Andrés Bello, da acceso al conjunto de intuiciones, registros, escritos, libros y análisis que componen y materializan el proyecto, con la intención de mostrar y debatir lo que sobre imaginarios urbanos se ha dicho, y utilizando una práctica concreta geográficamente localizada. Dirigido por Armando Silva y llevado a cabo por un gran número de colaboradores en las diversas ciudades estudiadas, el proyecto cuenta ya con una larga andadura y una gran cantidad de material recopilado en sus distintas fases, un material que en su diversidad y heterogeneidad ya da una idea cabal de los retos y dificultades de la tarea acometida. El proyecto se materializa con la publicación de los libros de cada una de las ciudades investigadas: Bogotá imaginada
Santiago imaginado, Barcelona imaginada, Montevideo imaginado, Quito imaginado, Sao Paulo imaginado, La Paz imaginada, Buenos Aires imaginado, Ciudad de México imaginada ( estudio coordinado por Miguel Ángel Aguilar, profesor e investigador en la Licenciatura de Psicología Social en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM) , Caracas imaginada, Lima imaginada, Asunción imaginada, Ciudad de Panamá imaginada. Armando Silva explica los principios metodológicos que se han aplicado en los trabajos sobre imaginarios urbanos que se han llevado a cabo hasta el momento. Estos trabajos se inician con la obtención y el procesamiento de datos estadísticos a través de una serie de formularios realizados con una técnica que detecta lo que Silva denomina "puntos de vistas ciudadanos". Piensa que lo que importa no es buscar las estructuras del lenguaje sino analizar qué es lo que se quiere decir, la enunciación, cuando se dice algo, esto es, centrarse en el significado social y en las intencionalidades de los mensajes. La teoría de los imaginarios urbanos trata de estudiar cómo se enuncia, cómo se significa en una colectividad la ciudad desde una serie de determinantes narrativos, de puntos de vistas ciudadanos que se cruzan entre sí. Un ejercicio que sería interesante hacer en nuestra ciudad para ver lo que estamos buscando.

Indicadores de la Percepción


"... que a la gente le resulte fácil utilizar sus sentidos, que pueda oler, ver, sentir y oír bien. La sensación recibida deberá ser aguda, descriptiva, agradable y deberá estar sujeta al control de quien la capta. Poner el mundo al alcance de los sentidos, incrementar la profundidad y sutileza de las sensaciones y conferir ese placer inmediato y ese bienestar que acompaña la percepción vívida, son propósitos más positivos (no sólo limpiar el aire, sino llenarlo de detalles complejos para mirar, sonidos maravillosos para escuchar)", Kevin Lynch

Cuando tratamos de entender las decisiones que se toman en todo proyecto público nos encontramos con un gran vacío histórico: la falta de indicadores. Aquella información que delinea una realidad y traza caminos a seguir, sin ser inobjetables sí constituyen un apoyo importante para llegar a conclusiones más reales basadas en políticas públicas eficientes. En Cartagena, Colombia parten de una encuesta anual de percepción que debe ser representativa de la población de la ciudad y que responde a la distribución poblacional por género y edades así como por zonas y grupos socioeconómicos con el objetivo de promover un gobierno efectivo y transparente, un ciudadano más informado, responsable y participativo y promover el trabajo en alianzas en torno al tema de calidad de vida. De esta encuesta derivan los indicadores de la percepción. Se trata de reflexionar sobre un hecho que es parte íntegra de la vida de las personas que por lo mismo puede pasar desapercibido fácilmente. En la actualidad, los elementos que conforman la imagen de la ciudad se presentan deteriorados y desarticulados, incidiendo negativamente en la percepción del orden, unidad formal y legibilidad. Morella Briceño Ávila y Beatriz Gil Scheuren comentan en su ensayo que “en el aspecto visual, la ciudad se compone de imágenes provenientes de innumerables percepciones humanas. La información obtenida a través de la percepción constituye la materia prima para la elaboración de tales imágenes. Por lo que el ambiente urbano, entre sus principales roles y en la interacción entre el hombre y su entorno, debe ser algo que ha de reconocerse y recordarse, para contribuir a la lectura y orientación de quien lo habita. La percepción es el punto de partida para el análisis de diversos aspectos de la ciudad. Es el mecanismo que le permite al hombre ponerse en contacto con su mundo exterior, reconocerlo y actuar en él. Así pues, la percepción se alimenta fundamentalmente de los rasgos (visuales, auditivos, sonoros, etc.) que definen la ciudad. La imagen que resulta de la percepción se presenta determinada por las posibilidades que brinda el ambiente percibido”. Diversos autores así lo consideran y afirman que el ambiente urbano debe otorgar a quien lo observa diversas opciones con la finalidad de aumentar la calidad de las sensaciones hacia la ciudad. Por supuesto entrar en el terreno de la percepción requiere de estrategias ¿Cuáles son las estrategias para cumplir estos objetivos que asumieron en Colombia? Primero una Estrategia de Evaluación, Indicadores de Resultados, Indicadores de Percepción y los Temas y Problemáticas importantes. Posteriormente asumieron unos pasos importantes: Procesos de Divulgación y Comunicación, una de las partes importantes del proceso, como una herramienta que promueva, estimule y de a conocer los avances que se logran en el proceso de la realización del Proyecto. El Análisis completo de la seguridad de los Barrios y Calidad de Vida en la ciudad, éste análisis es fundamental, ya que determina la dirección del Proyecto, las necesidades, las dificultades, y hasta puede darle según los resultados otro punto de vista al mismo. La Responsabilidad Ciudadana ya que es un desafío para los seres humanos, y principalmente para los países en vías de desarrollo, poder difundir y lograr cambiar las acciones poco activas de los ciudadanos ante estas situaciones. Aquí también se plantea una estrategia comunicativa y de persuasión para la educación de los ciudadanos, ante esta problemática. En este momento, necesitamos recurrir a la fantasía imaginativa y racional. Se requiere reordenar, de nuevas maneras, las imágenes, los recuerdos y los conceptos disponibles, e incluso modificarlos para llegar a soluciones innovadoras a partir de un cambio en la percepción de la ciudad. La pregunta inicial bien pudiera ser ¿qué es ser tijuanense?

El centro en el corazón


“Nuestras ciudades están llenas de espacios olvidados, vacíos urbanos que, sin embargo, cuentan con un enorme potencial para la regeneración del espacio público” Jaime Eizaguirre

Siempre que hay elecciones próximas en el gobierno, el tema del centro de la ciudad vuelve a la vida, no siempre así las acciones. Y es lógico que querer asimilar una problemática compleja en un tiempo de campaña es imposible. Se requiere una atención permanente a través de estudios concretos y la suma de un sinfín de acciones específicas. Ninguna acción aislada, por más impactante e interesante que parezca, logrará un cambio significativo ni contribuirá a su mejoramiento. Pasando por alto los escepticismos o el entusiasmo que puedan generar entre los ciudadanos es indiscutible la desconexión que estas maniobras de origen sólo político tienen respecto a los usuarios y residentes y en muchos casos también respecto a los organismos de los propios ayuntamientos que supuestamente deben estudiar, analizar y plantear intervenciones. Produce escalofríos pensar que, bien entrados en el siglo XXI, en un contexto social y tecnológico que permite y fomenta unos grados de participación horizontal jamás vistos hasta ahora, muchas de las decisiones clave que tienen un impacto en el medio urbano y conllevan inversiones (y endeudamientos) millonarios se siguen tomando siguiendo criterios (más que criterios, impulsos) puramente personalistas, carentes en la mayoría de los casos de todo rigor profesional y al margen de cualquier tipo de diálogo y/o participación de los implicados más directos o análisis del entorno, su red de movimientos naturales. Entender el centro de la ciudad exige una revisión seria. Pablo Aranda en su artículo “La ciudad es mil ciudades” nos dice que el mapa que manejamos no es el territorio que el mapa reproduce. Mi mapa no se corresponde con el mapa que mi vecino, o mi hermano, tiene de la misma ciudad. Los mapas no son los territorios. Los mapas cambian, pueden estar orientados al norte o al infierno, al amanecer o a la derrota. El mapa que delata mis movimientos tiene mucho que ver con mi estado de ánimo, también con las calles que piso, los tabiques entre los que transcurre mi vida más íntima, el edificio que cada mañana me encuentro al salir a la calle, la configuración de éstas, el laberinto que parece terminar en plazas, la salida de este laberinto que parece encontrarse junto al mar. La ciudad condiciona mis pasos, igual que mi estado de ánimo condiciona mi percepción y ésta la ciudad, una ciudad que nunca es igual. De repente nos sorprendemos en un pasaje estrecho, nos giramos hacia la pared, se dibuja en ella una puerta que empujamos y sólo el capricho del escritor hace que entremos en un bar, la casa de nuestros padres, o el domicilio en el que alguien se dispone a cometer un crimen. La Organización Latinoamericana y del Caribe de Centros Históricos (OLACCHI) una organización internacional dirigida hacia una adecuada renovación e innovación del patrimonio de los centros urbanos de la región rescatando, de esta manera, las expresiones culturales propias del territorio Latinoamericano y del Caribe propone elaborar un Plan de Manejo, que es el documento guía que señala un conjunto de estrategias en las que se establecen las pautas generales para el uso, preservación y gestión de los centros históricos, que contempla factores históricos, urbanísticos, económicos, sociológicos y técnico-administrativos con el fin de implementar programas y actividades que garanticen y estimulen una coexistencia equilibrada entre habitantes y usuarios con las edificaciones, los monumentos, el espacio público y las instituciones, elaborado por todos: Autoridades, especialistas, habitantes, usuarios, comerciantes, trabajadores, jóvenes, visitantes, adultos mayores, estudiantes, amas de casa, oficinistas, empleados de la zona. La Declaración de Hanoi sobre Paisajes Urbanos Históricos del año pasado indica que las universidades tienen una contribución importante para convertir los paisajes urbanos históricos en un extenso nuevo territorio conceptual para explorar, situación en la que hemos insistido y si embargo éstas siguen ausentes del contexto social en que se inscriben. Cientos de Ayuntamientos de todo el mundo ponen en marcha, cada día, nuevos proyectos e iniciativas, mismos que un organismo, CentroCiudad, se ha dedicado a registrar y bajo un esquema de suscripción los comparte con otros municipios del mundo. El denominado Programa de Rehabilitación Urbana (PRU) de Bogotá, Colombia, planteó como prioridades básicas las detalladas a continuación: Dirigir, promover y prestar el apoyo necesario a las iniciativas de carácter social encaminadas a mejorar la calidad de vida de la población. Fomentar la participación pública y privada en los procesos de carácter urbano dirigidos a hacer una ciudad más competitiva. Promover aquellas actuaciones urbanas integrales que, gracias al trabajo conjunto de todos los organismos públicos, demostraran un alto grado de eficiencia a nivel institucional. Y no deberíamos, como dice Benjamín Castro para el blog “La Ciudad Viva”, dejar de lado las oportunidades que ofrecen la acción directa en las regeneraciones urbanas. Si no aparecen signos, quizás deberíamos plantearnos generarlos de manera autónoma. ¿Somos capaces de generar cambios en el espacio urbano de manera que éste no solo se adapte mejor a nuestras necesidades sino también nos aporte nuevas posibilidades de interacción y socialización? Generar en fin un nuevo modelo de ciudad. Las acciones independientes ya iniciaron… ¿y tú?

Lo (IN) VISIBLE


Hace unos años, escuché a un arquitecto asegurar que en el futuro el lujo más inaccesible para un habitante de una gran ciudad no sería el espacio, sino el silencio. Introducción del blog La Ciudad Invisible

Si hablar de la realidad ya es inquietante, hablar de lo invisible lo es aún más, partiendo que es necesaria la existencia de lo real o visible para que pueda existir lo invisible. Muchas veces, frente a nuestros ojos hay una realidad que para algunos es invisible a pesar de percibir claramente su existencia. Otros simplemente niegan la existencia de un hecho o lo adjetivan sin siquiera estar presente en el espacio que niegan, es decir lo invisible para ellos es fruto de su propia decisión y se hace hasta lo imposible por convencer de esta invisibilidad creada por iniciativa propia. Y si a la invisibilidad la trasladamos a la ciudad lo primero que viene a la mente son los textos de Italo Calvino: “¿Qué es hoy la ciudad para nosotros? Creo haber escrito algo como un último poema de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades. Tal vez estamos acercándonos a un momento de crisis de la vida urbana y Las ciudades invisibles son un sueño que nace del corazón de las ciudades invivibles”. “A este emperador melancólico que ha comprendido que su ilimitado poder poco cuenta en un mundo que marcha hacia la ruina, un viajero imaginario le habla de ciudades imposibles, por ejemplo una ciudad microscópica que va ensanchándose y termina formada por muchas ciudades concéntricas en expansión, una ciudad telaraña suspendida sobre un abismo, o una ciudad bidimensional como Moriana”. Y Alguien comenta en un blog: ¿Una Ciudad Invisible? ¡Qué idea tan cruel! ¿Cómo ocultaremos entonces nuestras malas intenciones?
En el blog La Ciudad Invisible-la más habitable de todas las ciudades- se dice que lo que nos es familiar se convierte en invisible y que hacer teatro, al contrario, ilumina el escenario de nuestra vida cotidiana, y yo añadiría que el arte es como el reflector que le da sentido y certeza a lo invisible. En el blog Cuaderno de Bitácora de la Ciudad Invisible leemos una frase inquietante: “Con el desembarco en toda regla, de los rayos de sol sobre la cubierta de esta nave errante, nuestro cuerpo muda de piel…lejos de parecernos a reptiles falsos y peligrosos, nuestra epidermis torna a membranosa y nos sumergimos en las profundidades para continuar en pos de la utopía…” donde sólo nos resta darle visibilidad al cuerpo o a la utopía. Néstor García Canclini en la Ciudad Invisible, la Ciudad Vigilada nos dice: “¿Cómo nos arreglamos para vivir a la vez en la ciudad real y la ciudad imaginada? Todas las ciudades presentan una tensión entre lo visible y lo invisible, entre lo que se sabe y lo que se sospecha, pero la distancia es mayor en las megalópolis. La primera oscilación entre lo visible y lo invisible se muestra como tensión entre la ciudad experimentada físicamente y la ciudad imaginada. Nos damos cuenta de que vivimos en ciudades porque nos apropiamos de sus espacios: casas y parques, calles y viaductos. Pero no recorremos la ciudad sólo a través de medios de transporte sino también con los relatos e imágenes que confieren apariencia de realidad aun a lo invisible: los mapas que inventan y ordenan la trama urbana, los discursos que representan lo que ocurre o podría acontecer en la ciudad, según lo narran las novelas, pelí¬culas y canciones, la prensa, la radio y la televisión. La ciudad se vuelve más densa al cargarse con fantasías heterogéneas. La urbe programada para funcionar, diseñada en cuadrícula, se desborda y se multiplica en ficciones individuales y colectivas. Esta distancia entre los modos de habitar y los modos de imaginar se manifiesta en cualquier comportamiento urbano. Pero quizás es en los viajes donde irrumpe con más elocuencia el desajuste entre lo que se vive y lo que se imagina.”.
El aporte al surrealismo, la corriente iniciada por André Breton, de René Magritte tuvo rasgos propios. Magritte intentó despertar la atención respecto a las cosas visibles y su relación con la invisibilidad. Las cosas no son únicamente lo que está allí, son también vehículos o instrumentos de una acción pensante. El pensamiento, según Magritte se nutre de imágenes o más exactamente la imagen es lo que hace visible el pensamiento. El hacer visible lo invisible es la gran misión de la creación artística.

La Cultura Visual y lo invisible


“El mundo-imagen es la superficie de la globalización. Es nuestro mundo compartido. Empobrecida, oscura, superficial, esta imagen-superficie es toda nuestra experiencia compartida. No compartimos el mundo del otro modo. El objetivo no es alcanzar lo que está bajo la superficie de la imagen: sino ampliarla, enriquecerla, darle definición, tiempo. En este punto emerge una nueva cultura”. Susan Buck-Morss

La importancia de la cultura visual radica precisamente en que todo acto de ver tiene un marco cultural. Ver es un hecho condicionado, que se construye en un proceso cultural, donde la manera como nuestro entorno nos ha delineado formas de ser y pensar y razonar. Cómo enfrentamos la información, si profundizamos o nos limitamos a la superficie de la misma nos hace ver de distinta manera. Cuando estudiamos la historia, la religión, la historia del arte o la estética lo hicimos en un marco previamente regulado y prediseñado donde poco podíamos aportar sin embargo los estudios visuales se sustentan en su capacidad de potenciar una comprensión crítica similar a los estudios culturales sobre religión donde se analiza desde fuera de su propia concepción y permite una visión distinta y personalizada de la misma. En nuestra sociedad contemporánea, inmersa en un proceso de globalización y el encuentro con distintas culturas, las imágenes, lo visual, tienen una importancia capital en el significado del conocimiento. La producción del arte no puede ser la misma ni tampoco la forma de ver el arte. Por ello se ha facilitado a los mercaderes del arte filtrarse a través de un supuesto espíritu de contemporaneidad y ruptura que los lleva, no a vender la producción, sino el concepto, donde el artista es quien menos gana pero se envuelve del “prestigio” de estar inserto en la posmodernidad. Vaya, estar al “día”. José Luis Brea, experto en estudios visuales comenta que “La toma de partido a favor de que el desarrollo de ese proceso se decante de la manera más democratizada posible –es decir, con el menor grado de hegemonía y dominancia de una formación en exclusión de otras- constituye a su modo de ver el gran reto no sólo para las prácticas de representación y producción de imagen y visibilidad, sino también para la propia producción teórico-crítica que la confronta –para los estudios visuales en última instancia”. El renovado interés, comenta Keith Moxei, en la presencia de los objetos, en su capacidad para escapar de los significados atribuidos a ellos por generaciones de intérpretes, también ha tenido importantes repercusiones en los estudios visuales. W.J.T. Mitchell lo ha apodado el “giro de la imagen”. La importancia del giro de la imagen radica en que no lo restringe sólo a lo que tradicionalmente se consideran obras de arte sino que hay otros objetos visuales cuya presencia requiere conocimiento. Recordamos así que la cultura visual está compuesta de infinidad de grupos sujetos ha ser “vistos” y se asumen también las variables de la percepción. Mirzoeff, autor del libro Introducción a la Cultura Visual, dice que si nos centramos únicamente en el significado lingüístico de las imágenes visuales, estamos negando un elemento que hace que estas sean distintas a los textos. Este elemento es la inmediatez sensual. Por ejemplo, dice este autor, ver la caída del Muro de Berlín televisada en directo provocó sentimientos que excedían absolutamente a las palabras. Hay algo que resulta un "exceso" al momento de ver, sensaciones como la intensidad, la sorpresa, la conmoción, el enmudecimiento, están en el corazón de la experiencia visual y esto no puede ser agotado recurriendo al modelo textual de análisis. Ana Abramowski hace una relación entre ver y saber: ¿Qué vemos cuando miramos? ¿Solo vemos lo que sabemos? ¿Es posible ver más allá de nuestro saber? ¿Lo que vemos interroga nuestros saberes? Es cierto que nuestros saberes configuran nuestras miradas, el ejemplo más claro es que, frente a una misma imagen no todos vemos lo mismo. Pero también es posible que, ante una experiencia visual, nos encontremos "viendo" más allá de lo que sabemos o de lo que esperábamos ver: una imagen puede cuestionar nuestros saberes y desestabilizarlos. Es por esto que la simple pregunta "¿qué ves?" puede inaugurar recorridos inesperados. Para ello hay que darse un tiempo en el trabajo con imágenes. Además de proponer otro registro, otra textura, luminosidades y opacidades, las imágenes requieren de otros tiempos: ¿Cuál es el tiempo propio del "mirar"? ¿Cuánto dura? ¿Qué lugar ocupa allí el silencio, la espera? ¿Cómo se da un espacio para que sobrevenga la palabra? En síntesis, si queremos trabajar pedagógicamente con imágenes debemos tener en cuenta sus poderes, ya que no todos vemos lo mismo cuando miramos. Que no hay otra alternativa que situarse en el cruce de palabras que faltan, sentimientos desbordantes, ideas desordenadas, sonidos ensordecedores y silencios. Se trata, junto con los alumnos, de enseñar y aprender a mirar, escrutando las imágenes desde distintos ángulos, desarmándolas y rearmándolas, imaginando con ellas y a partir de ellas; sin perder de vista que, del mismo modo que las palabras, las imágenes son colectivas y se comparten. Y finaliza diciendo que si tenemos presente que lo visible es algo que se produce, y que al lado de toda visibilidad habrá siempre una invisibilidad, constataremos que al lado de toda pedagogía de la imagen habrá también una política construyendo una mirada, y no cualquiera, del mundo. Y lo que es invisible podrá ser visible a nuestros ojos.

Cuando llega el tiempo de hacer, no hay burro cojo


La mejor manera de prever el futuro es crearlo. P. Drucker

Ha transcurrido largo tiempo en que la reflexión nos ha marcado rumbos por dónde caminar hacia una ciudad en equilibrio. Todos los esfuerzos suman y ni el gobierno federal, ni el estatal, ni ahora la próxima administración municipal, ni los ciudadanos, tenemos pretexto para no hacer. Se ha dicho que el futuro es fruto de los sueños del pasado y de las elecciones del presente. Futuros hay muchos, basta echar una ojeada a la página www.wikifuturos.com/es la herramienta digital de Cree Futuros, un movimiento, iniciativa brasileña, para motivar y movilizar personas, inspirar elecciones e identificar oportunidades de innovación. Revisando las propuestas encontramos muchas que también han surgido en Tijuana, otras que manifiestan audacia u originalidad, pero todas estas iniciativas carecen de valor si no se ponen en acción, si no pasan de la idea, del plan, de la reflexión al hacer. El sociólogo Manuel Castells comenta que “esa actitud de encerrarse y renunciar a ver la crisis y renunciar a superarla es autodestructiva. En mis viajes por China me enseñaron una cosa que nunca olvidaré, muy profundamente chino y confuciano, y es que el ideograma chino que significa crisis, es el mismo que significa oportunidad, que toda crisis es oportunidad. Yo creo que hemos estado viviendo en un modelo de nueva economía extraordinariamente creativo, pero que no era sostenible. No era sostenible no tanto por razones económicas, que se podían reestructurar desde su propia dinámica, sino por la inserción social, cultural y ecológica en el mundo”. Ya visualizamos cambios en proceso, desde la ciudadanía y en algunos organismos, hace falta incrementar, sin temor, los esfuerzos y no hay pero que valga ni dirección sin meta. Y seguiremos insistiendo en que la cultura permee sobre la economía, la política y lo social con la finalidad de construir creativamente nuestro presente y nuestro futuro. Por aquí y por allá aparecen planes de rescate, de apoyo a ciertos segmentos o sectores y habrá que hablar de apoyos a cambios de reformas estructurales profundas, a cambios de modelos y paradigmas. Una parte de los cambios requieren de voluntad política y de inversión en los mismos, hay iniciativas de urgencia inmediata y otras de mediano plazo, así como la necesidad de iniciar los cimientos de una nueva forma de ver nuestro entorno y aquí el arte y el diseño juegan un papel predominante. Hay que invertir recursos en la creación y hacer un ajuste en el gasto público en cultura. La iniciativa privada debe invertir en cultura para cimentar y darle sentido social a sus acciones lo cual redundará en un mayor beneficio para su empresa con alcances a largo plazo evitando caer en la inmediatez de la oportunidad del comercio global que igual se esfuma dejando menos que al principio. En España se propone apoyar a los sectores de la economía del conocimiento como un nuevo modelo de crecimiento económico. Para ello se pretende elaborar un plan de encargo a artistas visuales de obras en el espacio público, inversiones de apoyo a centros y espacios de producción cultural, fondos de ayuda económica a la investigación, aumento de presupuesto a los museos para la adquisición de obras de arte, facilitar el acceso al crédito, incentivar el turismo cultural, ampliar la oferta de espacios para la creación a precios asequibles, apoyo a nuevos emprendedores, incentivos fiscales, aumento en pocas palabras del gasto público en cultura. Y lo mismo sucede en otros países, iniciativas encaminadas a promover la creatividad en todos los sectores para encontrar nuevas formas de hacer política, nuevas formas de ser ciudadano dejando a un lado las imposiciones de la globalidad que sólo impulsan un consumo sin sentido. Los medios son un factor importante en este cambio, tener la capacidad de visualizar los cambios y dar a conocer las iniciativas culturales es también un factor de refuerzo de los mismos medios. Hacer una ciudad distinta, como lo dice el sociólogo Tulio Hernández: “estas ciudades son al mismo tiempo, los grandes laboratorios de la innovación social y de la creatividad cultural de nuestros países. Las nuevas musicalidades que nos definen e identifican, las mutaciones deslumbrantes del habla popular, los novedosos mecanismos de resistencia política y solidaridad social, los lenguajes visuales permanentemente renovados, encuentran en las grandes ciudades su fermento crítico y su mejor espacio de realización.” Hacer y hacer ahora.

Como me ves, yo no te veo… ver ya no es creer




La experiencia de sentir lo sublime demanda una sensibilidad hacia las ideas que no es natural, sino que se adquiere a través de la cultura. Lyotard.

En este momento en que la imagen desplaza la supremacía del texto el arte adquiere una importancia mayor como vehículo de comunicación. Podríamos decir que una superabundancia de imágenes caracterizaría el momento posmoderno, en el que la imagen se transforma en el vehículo principal para la difusión de mensajes. Ahora la experiencia humana es más visual y está más visualizada que antes: "La vida moderna se desarrolla en la pantalla", dice Nicholas Mirzoeff, un estudioso de la cultura visual, para luego agregar que hay cámaras ubicadas en cajeros automáticos, centros comerciales, autopistas, supermercados. Ahora la experiencia humana es más visual y está más visualizada que antes”. Los ejemplos son múltiples, desde la progresiva y constante vigilancia visual en los países industrializados como lo indica Mirzoeff hasta el creciente uso y familiaridad de las personas con las tradicionales cámaras fotográficas digitales, el internet y los celulares conectados a la red. La vida cotidiana se está volcando a lo visual, tanto el trabajo como el tiempo libre están centrándose en los medios visuales de comunicación, desde los computadores al DVD, pasando por imágenes satelitales y usos en medicina al visualizar el interior del cuerpo humano. La cultura visual enfoca nuestra atención más allá de las formas estructuradas como el cine o las galerías de arte y se dirige a la experiencia visual de todos los días y como habíamos comentado antes, las imágenes captadas a través de una cámara de cine o fotografía ya no son garantía de una realidad porque todos sabemos que pueden ser fácilmente manipulables. La importancia dada a la imagen me hace recordar al monje Gerónimo Savonarola que fue quemado en el siglo XV y quien se oponía a la destrucción de las obras de arte de grandes maestros con la consigna de ser imágenes “perversas” o podemos recordar al senador norteamericano Jesse Helms que solicitó disminuir el presupuesto de la National Endowment for the Arts por patrocinar la obra fotográfica de Robert Mapplethorpe. En un recorrido por la exposición de la IX Bienal Monterrey FEMSA, actualmente en el Centro Cultural Tijuana, se le comentó al crítico y jurado de la Bienal, Xavier Moissen, que no se entendían algunas obras del arte contemporáneo y éste contesta que el contemplar al arte contemporáneo puede ser como ver por primera vez un partido de beisbol, seguro nos resultará pavoroso y sin sentido, pero en la medida que entendemos los significados y los objetivos nos puede atrapar y hasta fascinarnos. De esta manera podemos concluir que ver no es creer sino interpretar. Las imágenes visuales pueden ser atractivas o significantes en la medida que podamos interpretarlas de forma exitosa. Los momentos que puede ofrecernos una imagen pueden ser intensos y de un gran poder evocador lleno de admiración, inquietud, terror y deseo, en una palabra…sublime.

Un pasaje en Tijuana con salida al cielo



Los pasajes y las galerías han sido mi patria secreta desde siempre.
Julio Cortázar/ “El otro cielo”

En un artículo que escribí hace tiempo titulado Semblanza de de un espacio olvidado hablaba de los pasajes. Este espacio arquitectónico llamado también: bazar, galería, corridor, paz o halle. Es un espacio que expresa transición y que generalmente conecta dos calles y está delimitado por ambos lados por locales comerciales. Es un espacio público dentro de una propiedad privada, crea un camino corto entre dos puntos, protege del clima, ya que generalmente son espacios cubiertos, y es un área totalmente peatonal para propiciar el encuentro, la convivencia, el comentario y la charla. Todos los estudios del pasaje tienen referencia al modelo de pasaje oriental. Sin embargo, más que una influencia arquitectónica directa de este modelo, la influencia es más de naturaleza literaria. Numerosos escritores, seducidos por la atmósfera que brinda esta arquitectura, hicieron de los pasajes los escenarios de sus historias: Honoré de Balzac, Emile Zola, Luis Aragón, André Breton, Paul Eluard y también Julio Cortázar quien se inspiró en los pasajes para escribir el cuento “El otro cielo”, donde asocia los pasajes parisinos con lugares a través de los cuales es posible evadirse de la realidad. Las cartas de Lady Montago desde el oriente en 1784 y muchos otros escritos magnifican la magia y la sorpresa que causan estos espacios desconocidos hasta entonces en occidente. Los juegos de luz y sombra, los sonidos que forman una melodía propia, los olores y sus proporciones espaciales que se asemejan a los pasillos de las grandes catedrales, les dan un aspecto místico y misterioso. Los bazares orientales tienen en común la estricta regularidad de su interior y la variedad de lo que se ofrece en su interior y son indiscutiblemente predecesores del pasaje del siglo XIX. En México no es común esta tipología del espacio, en la ciudad de México encontramos pasajes de influencia europea y en Tijuana, particularmente en la av. Revolución podemos observar un importante número de pasajes. La influencia no es clara, pues mientras en el interior de la república es como ya lo había comentado, netamente europea, en Tijuana pudiera pensarse en una influencia norteamericana, sólo que en los Estados Unidos el pasaje no es un espacio común. Hay casos aislados en Chicago, Nueva York y el pasaje de Cleveland que influencia a los escasos ejemplos anteriores. Ha habido una total falta de interés en Tijuana por el pasaje, desconociendo su potencial en términos económicos y turísticos. Como espacio representativo de la ciudad se ha dejado al olvido, hemos sido testigos de casos patéticos de deterioro y modificación de su concepto original eliminado toda posibilidad de reactivación. El pasaje Colonial, el pasaje Rodríguez, el pasaje el Sombrero, el Gómez, el Contreras, el México, el Foreign Club, el Sonia, el Kentucky y el Soco han visto transcurrir la historia de la ciudad. Quedan aún restos de las sombras del incógnito sendero de salida desconocida. Y de pronto se abre una puerta en el cielo que deja entrar nueva luz al pasaje Rodríguez gracias a la visión de sus propietarios y de un grupo de artistas y diseñadores: P.R.A.D. pasaje Rodríguez, arte y diseño se visualiza como un proyecto que dará nueva vida al pasaje a través de la energía creadora de la cultura. Se marcan como objetivos generales: reconocer la importancia de crear cambios en el discurso dominante de la ciudad es decir romper con la idea colectiva que la ubica como una ciudad tomada por la violencia y generar la convivencia social a partir de proyectos interactivos que lleven a los ciudadanos a través de experiencias estéticas, esto mediante la creación de talleres, charlas , lecturas y otras actividades de orden cultural y artístico, que permitan moldear patrones de conducta hacia formas más positivas, generando vínculos de solidaridad profundos entre los seres humanos. Y como objetivos específicos: Recuperar el Pasaje Rodríguez, espacio urbano perteneciente al centro histórico de Tijuana que ha quedado en el abandono y a merced de la violencia, generar una integración positiva de la ciudadanía con el quehacer cultural local y promover, difundir y provocar, la producción de artistas y diseñadores locales, a la vez que se generen alternativas comerciales. Posibilitando así la sustentabilidad no solo de P. R. A. D., sino de los proyectos particulares de cada integrante. Un proyecto que se suma a la recuperación de una avenida mítica, que volverá sin duda a la vida y por qué no podríamos vivir de nuevo en sus pasajes fragmentos de los sueños que inspiraron a los surrealistas, recordando el Café Certa, enclavado en un pasaje de París, donde el círculo alrededor del guía del surrealismo André Breton tenía sus reuniones. A partir del día 22 de abril de 2010 la puerta se abre al cielo.

La sociedad del espectáculo


La imagen como homicida de la realidad.

Guy Deboard habla de una sociedad donde “Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación”. En la sociedad del espectáculo los individuos son encaminados a una existencia pasiva dentro de la sociedad de consumo dejando a un lado la crítica o la reflexión para determinar si lo que estamos viviendo en un momento determinado es real o sólo una situación encaminada a hacernos consumir determinado producto incluso podemos hablar del arte, la historia o el patrimonio. El estudio de la cultura visual nos lleva a razonar cómo en una cultura dominada por la imagen estamos vendiendo el asador en lugar del filete, nos venden la imagen en lugar del objeto. Un ejemplo muy claro son los logotipos corporativos como el de Nike, los arcos dorados de McDonalds, Coach, donde el objeto en sí deja de tener importancia y puede ser un llavero, una camisa, una bolsa, una camiseta hecha en Paquistán, ya no importa, lo que importa es la importancia que se le da a la imagen. Recuerdo una tienda de playeras, con un gran surtido de colores y modelos, donde escogías tu prenda y antes de llegar a la caja había un mostrador con etiquetas de todas las marcas, escogías tu favorita y te la pegaban en la playera. A nadie le importaba cuántos hilos por pulgada cuadrada tenía la tela, o si el algodón era egipcio o si las costuras eran dobles o sencillas, si los pigmentos eran duraderos o no, si la playera se encogía, nada de esto importaba era la imagen de la marca lo que se compraba. Jean Baudrillard, sociólogo y filósofo francés anunciaba en 1983 el fin de la sociedad del espectáculo y en su lugar declaraba la edad del “simulacro” donde sólo existen copias sin original. Esto significa el final de de una etapa de la historia de la imagen trasladándonos de un estado donde se oculta la ausencia de una realidad a una época donde no hay una relación con ninguna realidad y todo se convierte en un “simulacro”. Un ejemplo muy socorrido para explicar esta etapa es el parque temático Disneylandia que pretende ser el verdadero país de los Estados Unidos de Norteamérica. Baudrillard decía que detrás de este simulacro encontramos “la capacidad homicida de las imágenes, asesinas de lo real”. Por todo esto hacemos hincapié en la importancia del arte contemporáneo como el elemento “pensante” de la nueva realidad. Y en el arte mismo se refleja este sentimiento generalizado de una crisis, la crisis de todos los días, para la que no parece haber una solución disponible a la mano. A través del arte contemporáneo, donde muchos no alcanzan a ver más que la ausencia de las técnicas y la representación tradicional, podemos entender que la imagen impresa en plata, que transformó la memoria humana en un archivo visual, ya no existe. Entramos a la época del pixel, la imagen pixelada creada por una señal electrónica y un espacio vacío, nada sublime como la fotografía tradicional. Mientras en el cine y la fotografía se hacía necesaria la presencia de una realidad exterior, la imagen pixelada nos recuerda la necesaria artificialidad y la ausencia. Está aquí y no está aquí al mismo tiempo, es interactiva pero hasta donde las corporaciones que diseñan los programas y los equipos nos lo permiten. La muerte de la princesa Diana de Inglaterra es un ejemplo de la imagen cuestionada, al grado de sugerir la inexistencia del suceso. 750 millones de personas vieron su matrimonio, 200 millones presenciaron su entrevista en 1995 y se estima que su funeral fue visto por más de 2.5 billones de personas anunciando así la llegada del planeta pixelado. La cultura visual ha sido vista como un estorbo para los historiadores o las empresas relacionadas con el texto, ahora es el centro del cambio de la historia y la cultura. Ahora hay que “ver” para evitar la muerte de nuestra realidad.

La felicidad


La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.
Inmanuel Kant

No trato de abordar un tema tan complejo como la felicidad, más que nada es hacer una reflexión de nuestro entorno como un elemento influyente en la felicidad ¿Qué tiene qué ver la ciudad, la arquitectura y el arte con la felicidad? Definir el concepto de felicidad es tarea ardua. Seguramente sea una de las definiciones más controvertidas y complicadas. El ser humano ha tendido siempre a perseguir la felicidad como una meta o un fin, como un estado de bienestar ideal y permanente al que llegar, sin embargo, parece ser que la felicidad se compone de pequeños momentos, de detalles vividos en el día a día, y quizá su principal característica sea la capacidad de aparecer y desaparecer de forma constante a lo largo de nuestras vidas. Sin embargo sí podemos acercarnos a definir una ciudad “feliz” que está asociada a un espacio de convivencia armónica, donde los ciudadanos conviven de forma segura y se comunican entre ellos de manera igualitaria, sin distinciones. Una ciudad “feliz” reúne espacios habitables, amables, lugares para la convivencia, para el trabajo, para el ocio, para la cultura, para el arte, espacios planificados, interrelacionados entre sí y hacia el exterior. La ciudad “feliz” tiene ciudadanos felices. La revista Forbes hace un análisis de las ciudades más felices del mundo y la lista la encabeza la ciudad de Río de Janeiro en Brasil, también aparece Madrid, España y Buenos Aires, Argentina. De esta investigación se dice que está basada más en la percepción que en la realidad pero como lo anotaba en otro artículo, la ciudad es lo que cada uno piensa de ella y los gobiernos deben estar atentos precisamente a este espacio entre la realidad y la percepción. El consultor de Forbes Simon Anholt, quien realizó las encuestas, comenta que más que las poblaciones encuestadas sean felices es un reflejo de lo que imaginan sus habitantes acerca de ser feliz en sus ciudades. El historiador francés Fernand Braudel escribió que “la felicidad, ya sea en la vida pública o privada, deja muy poco rastro en la historia, pero la percepción de la felicidad deja una profunda huella que impacta incluso en el turismo, la economía y el nivel de bienestar”. Y esto es muy importante en el equilibrio armónico de una ciudad, tenemos ejemplos actuales de ciudades de nuestro país que sufren las consecuencias de una pérdida de esta percepción que abre las puertas a una realidad difícil de controlar. Nuestra ciudad está en un punto medio entre lo que queremos que sea y lo que es, entonces se hace indispensable abrir nuevos espacios de reflexión, de debate, de crítica, incentivar el arte y la cultura, ganar los ciudadanos los espacios públicos, todos, sin excepción. No se trata de hacer ciudades “bonitas”, Patricia Shultz, autora del libro 1000 lugares que conocer antes de morir habla de que quien ha tenido la suerte de conocer el pequeño poblado de Bhutan en el Himalaya puede pensar que no hay otro lugar más feliz en la tierra. En esta pequeña villa siguen la filosofía de la Felicidad Nacional Total, y se puede observar en los rostros de sus pobladores, sonriendo desde el corazón. Muy pocos de nosotros disfrutamos plenamente de algo. Es muy pequeño el júbilo que nos despierta la visión de una puesta de sol, o ver una persona atractiva, o a un pájaro en el vuelo, o un árbol hermoso, o una bella danza. No disfrutamos verdaderamente de nada. Miramos algo, ello nos entretiene o nos excita, tenemos una sensación que llamamos gozo. Pero el disfrute pleno de algo es mucho más profundo, y esto debe ser investigado y comprendido. La felicidad no consiste en que alguien o algo externo a nosotros nos haga felices, ello se logra en la libertad de nosotros mismos y en la libertad de una ciudad libre. Un momento feliz, una experiencia óptima, es algo que hacemos que nos suceda. Los auténticos instantes de gozo, ricos en serenidad y paz interior, no se deben normalmente a acontecimientos externos. La vida es larga, compleja y diversa y en ella caben momentos de fastidio, malhumor, preocupación, dolor, amor, alegría, placer, gozo... una lista interminable de sensaciones, sentimientos y emociones. Olvidémonos de la felicidad como abstracto y concretémosla en su instante. Ahora bien, conseguir saborearla depende, como veíamos anteriormente, de nuestra actitud ante la vida…cuidarnos, valorarnos y apasionarnos con la aventura de vivir.

La mejor ciudad habla en susurros.


Dijeron por lo tanto y luego entonces
Dijeron si y sólo si
Pero yo dije no
y regresé hasta el lecho donde Ella me esperaba
enjoyada y desnuda/Efraín Bartolomé

Luis Fernández –Galiano nos dice que necesitamos ciudades más densas y compactas, pero no más altas; al igual que necesitamos arquitecturas más útiles, pero no más triviales. Y para combatir la fascinación contemporánea por la insostenible suburbanización y el insufrible espectáculo, debemos explicar que la casa unifamiliar y el vehículo particular han de ser domesticados, porque la ciudad jardín es la menos verde de todas; y también que la belleza no reside necesariamente en la provocación estética o la extravagancia formal de la arquitectura que grita: la mejor ciudad habla en susurros. Por otro lado, Jaime Lerner, arquitecto brasileño, dice que "La ciudad no es el problema, la ciudad es la solución". Y explica Lerner, “Creo que se puede cambiar una ciudad a mejor en poco tiempo”. Poner un museo en una zona degradada, ajardinar una plaza, hacer peatonal una calle o construir un teatro en un viejo edificio son algunos de los ejemplos que utiliza. Y asegura que hay que hacer las cosas rápido. "Hicimos una calle peatonal en 72 horas. Antes había habido oposición al proyecto pero una vez lo probaron estaban todos encantados", afirma. "Una vez superada la discusión previa, la ejecución tiene que ser rápida para sortear la propia burocracia administrativa, la utilización política y también nuestra propia inseguridad. A veces tenemos buenas ideas, pero con el tiempo empiezan las dudas y nos olvidamos que es un proceso que se puede corregir siempre. Es como un compromiso con la imperfección, no se pueden tener todas las respuestas antes porque entonces limitamos la creatividad. Y hacerlo rápido no quiere decir hacerlas mal. Pero la gente que busca siempre el consenso acaba perdido en reuniones interminables que no arreglan nada". La Fundación Ciudad Humana de Bogotá, Colombia, promueve en la ciudadanía un cambio estructural en la mentalidad y la practica de lo urbano que es a mi juicio lo que realmente necesitamos, ciudadanos y gobierno. Hay una internauta que en su blog aclara que de profesión es Buscadora de Sueños, su ubicación: Las nubes y habla de su ciudad:
Bienvenido a la ciudad fantasma,
Donde ya no queda nada,
Bienvenido a la ciudad del horror,
Donde si llegas verás que no sale el sol...
Por supuesto que sus sueños han de ser pesadillas y su ciudad un caos, es cierto que la ciudad contemporánea con sus flujos y mutaciones descuida mucho a la identidad y cuando buscamos lugares donde está presente, llegamos a una escala donde cobra importancia el concepto de la vecindad. Es el espíritu del barrio lo que hace que la gente se siente arraigada. Parafraseando a Heidegger, otro internauta, comenta que formamos parte de los lugares porque los lugares forman parte de nosotros. Hay unos lazos muy importantes que nos hacen decir: “Soy de aquí”. En estos casos el tema de la identidad es evidente, pero hay lugares donde la gente se siente avergonzada de sus raíces como parece serlo a nuestra buscadora de sueños. Sin embargo no hay lugares malos, solamente los que necesitan ser reconocidos y por eso estimular el reconocimiento de los barrios es la cuestión que deberíamos tener en cuenta en el marco del reconocimiento de la ciudad. Un lugar por el mero hecho de ser habitado por una persona ya cobra un valor especial y pertenece a la arquitectura y al urbanismo la capacidad de poner en valor una identidad en peligro de extinción. Necesitamos una arquitectura que recicle el espíritu del barrio estimulando las relaciones entre los vecinos para vernos de otra manera.
Ver la ciudad con otros ojos, saber que está ahí esperando reposada, envuelta en polvo y escombro, inténtalo esta misma tarde que quizá hace frío: te encontrarás con gente, te encontrarás al mundo y tal vez… encuentres tus sueños.

La cultura como eje fundamental del desarrollo.


La cultura no puede desarrollar su dimensión constituyente sin una participación ciudadana más profunda, sin abordar los mecanismos de construcción de la identidad, sin implicar la nueva ciudadanía procedente de las migraciones recientes, sin valorizar la solidaridad para con nuestros conciudadanos, sin incorporar las identidades múltiples y en evolución, sin priorizar la educación y la cultura como aspectos transversales de la vida de las personas.
Jordi Martí/ OEA /Agenda 21 de la Cultura

La UNESCO define el desarrollo como “un proceso que aumenta la libertad efectiva de quienes se benefician de él para llevar adelante cualquier actividad a la que atribuyen valor”, es decir, el desarrollo humano. Alfons Martinell Sampere experto en la formación de gestores culturales, en cooperación cultural y desarrollo y en políticas culturales comenta: "La cultura siempre ha sido un elemento fundamental, ya que es creadora de símbolos y configuraciones que permiten a los ciudadanos entender y responder a la situación política". También es consciente de la expansión económica que pueden alcanzar las ciudades si se presta atención a las industrias culturales (que representan sólo una parte de la dimensión cultural). En ese sentido, señala: "El sector puede ser generador de empleo y, por lo tanto, contribuir al desarrollo". La concepción del desarrollo se enriquece con la incorporación de los análisis y propuestas político institucionales realizados por las Naciones Unidas, el Club de Roma (que tiene un capítulo en México) y la Comisión Brundtland (en este informe, se utilizó por primera vez el término desarrollo sostenible o desarrollo sustentable), que plantean interpretaciones medioambientales y de sostenibilidad. Una vez que el debate sobre el concepto del desarrollo deja claras las limitaciones de la concepción economista y de lo mucho que el concepto se
enriquece con la inclusión de la esfera política, la dimensión cultural se transforma en eje y sujeto del bienestar y del desarrollo, pues desde ese punto de vista es el ser humano quien gesta sus condiciones económicas, políticas, ambientales y culturales, tal como lo han planteado el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la UNESCO, con la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo y sus aportes sobre la relación entre desarrollo y cultura como factores para el mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos. Y basado en lo anterior observamos que cuando la dimensión cultural engloba la dimensión social, la dimensión política y la dimensión económica, ésta le da sentido, diversidad, innovación, vitalidad y creatividad, les da en una palabra un sentido de ser, de esta manera se logra entre todas estas dimensiones equidad, viabilidad y responsabilidad. Es cierto que se corre el riesgo que estos conceptos caigan en consideraciones generales y un poco vagas, y además en la reivindicación de derechos inobjetables como la salud y la seguridad, la dimensión cultural se convierte sólo en un universo puramente discursivo. Basta leer los planes de desarrollo de los gobiernos y comparar el discurso y la acción. El rol de los municipios en la promoción cultural es importantísimo: no pueden parar, deben mantener la vida cultural y promover las acciones, su acción es directa y debe ser menos ostentosa, efectiva y con continuidad. La sociedad civil también debe asumir su parte y tener un protagonismo que alcance un nivel de actividad y de presencia que las estructuras de gobierno no pueden asumir. Se trata de anclar la cultura en todas las políticas de desarrollo, ya conciernan a la educación, las ciencias, la seguridad, la comunicación, la salud, el medio ambiente o el turismo y de sostener el desarrollo del sector cultural mediante industrias creativas, así a la vez que contribuye a la reducción de la pobreza, la cultura constituye un instrumento de cohesión social. La creatividad y la expresividad se traducen en una forma de autoestima y de capacidad de resistencia. Ya había comentado en otros artículos que para los políticos es una oportunidad única de integrarse a la visión global de asumir la cultura no como un instrumento, sino como una inversión ineludible en la base social que nos permitirá lograr los fines del desarrollo sustentable. Para los empresarios es una inversión rentable a través de la seguridad y el bienestar. Como efecto, la cultura es la parte fundamental de nuestra visión del mundo, pero como causa, da lugar a cambios inimaginables de actitud que garantizan, por ejemplo, la paz y el desarrollo, o simplemente para mantener con vida el planeta, o simplemente modificar nuestra percepción del entorno. El desarrollo, necesariamente, emerge y se proyecta dentro de un determinado contexto cultural, y en tanto no se reconozca como un proceso anclado en dicho contexto, no podrá ser aplicado a otros contextos con una alta seguridad de éxito o aprobación. No hay otra alternativa y repasando experiencias en otros países podemos apreciar su efecto. Por el proceso de transformación urbana y social en Medellín durante su alcaldía en el período 2004 - 2007, el ahora candidato presidencial Sergio Fajardo fue declarado ganador del premio Curry Stone Design Prize en 2009. La organización del premio Curry destacó que "la construcción de bibliotecas, colegios, parques y centros culturales y científicos ubicados en algunos de los barrios más humildes de Medellín hizo posible que esta ciudad pasara efectivamente del miedo a la esperanza". Y eso precisamente nos proporcionará abordar la dimensión cultural como eje fundamental del desarrollo…esperanza.

La estética de lo irreal


“Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor. . .ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador. Todo es igual. Nada es mejor. Lo mismo un burro que un gran profesor”. Tango /Cambalache

Todo comenzó con una nota que hablaba de cómo las compañías propietarias de los grandes cruceros compran sus propias islas en el Caribe, construyen instalaciones portuarias al “estilo caribeño” y a los turistas los recibe un personaje disfrazado de pirata, porque en el Caribe había piratas ¿o no? Y los turistas locos de contento regresan de su travesía habiendo conocido las bondades y emociones del “Caribe”. Román Gubern, semiólogo y teórico catalán, aseguró que vivimos en una sociedad que propicia la mentira y la simulación, donde la frontera entre lo real y lo virtual es más difusa. El siglo XXI, afirmó el experto, es el de la opulencia mediática, de la hiperabundancia de las representaciones, pero también la época de la realidad virtual donde vivimos la confusión de lo real y lo imaginario, es decir, la era de lo sicótico. “Cuando dejamos de distinguir lo real de lo virtual, entonces comenzamos a vivir una época de incertidumbres, lo que nos demanda estar más alertas que nunca, porque el simulacro está reemplazando la realidad tridimensional y tangible”. Yo añadiría que la realidad la estamos sustituyendo por una realidad cada vez más irreal. En el caso de los cruceros las ciudades reales del caribe parecen ser muy sucias, desordenadas, con mucho ruido. Sus habitantes no visten bien, hay demasiada diversidad (¡) entonces los cruceros tienen que ofrecer un espacio pulcro y ordenado. Eloy Méndez Sáinz del Centro de Estudios de Norteamérica del El Colegio de Sonora habla de un hotel en Tijuana: “El Hotel Grand Palma Real es botón de muestra. Un hotel de paso en una ciudad de paso, ubicado en una calle de tráfico rápido parecería ocioso, prescindible, o al menos confundido en las intrascendencias de la arquitectura masificada. Y no, no descansa su función en la invitación discreta. La fachada está revestida de exotismos sobrepuestos, yuxtapuestos y hasta mezclados en híbridos arbitrarios. El pavor al vacío no deja resquicio en paz. Todo muro está decorado en actitud barroca sin emplear el lenguaje del barroco. El eslogan del acceso invita al placer y al poder, es una serie de alusiones agresivas, chocantes, explícitas algunas, subliminales otras; el abigarrado conjunto imposibilita contemplaciones donde la reflexión sobra por inoportuna; el fauno petrificado, el león real, la columna potente y la cabeza del puma brioso asientan la seguridad erótica del macho cabrío. La salida es el remanso acuático que
pretende limpiar resabios, armonizar el breve pasaje con elementos naturales unos y de fantasía sacra otros; los nobles delfines chapotean, la ninfa rodeada de nenúfares y lirios, la desnudez de la diosa egipcia evoca la fertilidad terrena del entorno paradisíaco. Dominantes, la gran cabeza oriental y la pirámide amparan y estabilizan el tinglado, montaje de set hollywoodesco que pone punto final al episodio incorporándolo al bagaje de las imágenes quedan fe de la existencia del encuentro furtivo. Los estereotipos apoyados por el cine, la televisión y la propaganda inmobiliaria han codificado el espacio “bueno” como el iluminado, despejado, limpio, claro, vigilado, de armonía social, con apariencia física funcional de las construcciones y pavimentos, concurrido pero desahogado, amplio y ajardinado, en suma, es habitable (de éstos unos cuantos ejemplos en el cine serían American Beauty, Big Fish, Blue Velvet, Truman Show). El espacio “malo” concentra datos opuestos: es oscuro, estrecho, confuso, contaminado, con interferencias visuales, construcciones deterioradas, maleza, graffitis y gente disfuncional, sucia, con vestuario tribal, enfermos, homosexuales, prostitutas-, es criminalizado (véase, por ejemplo, la ciudad Gótica de la serie Batman y las brillantes realizaciones Blade Runner y Sin City). El primero es seguro a la actividad urbana y al descanso placentero, el segundo sugiere la ociosidad insana, la agresión, el atractivo vértigo de lo desconocido. Ambos espacios son, por requerimiento de estereotipo, excluyentes. Reducida a la población que la construye y modifica, sería la ciudad una manufactura entendible en todos sus rincones, una colmena de buenos vecinos laboriosos que se repiten y viven en comunidad. Desde luego, los malos vecinos no están incluidos en la promoción”.
Román Gubern afirma también que hay que vivir más alerta que antes. Cuando existía una división del conocimiento había una élite de expertos que eran un poco los guardianes del saber, pero como ha sido dinamitada, ya no hay control de calidad en el intercambio de la cultura, y al no existir, todo vale, lo que constituye el signo de la posmodernidad. Ante este naufragio de valores y de cánones debemos estar muy alertas porque es la época de los que quieren hacer pasar barro por oro. Vivimos la era de las incertidumbres. Y yo veo que el riesgo mayor es que podemos convencernos que aquello que no es real es verdaderamente lo real. Y ahí…estamos perdidos.

Bellezas invisibles: Nuestra pérdida diaria.


El mayor peligro para todos nosotros no es tener una meta muy alta y perderla, sino tener una muy pequeña y alcanzarla. Michelangelo Buonarroti

En un sólo día tres personas distintas me comentaron que mis escritos les parecían difíciles de leer. Al primer comentario pensé que tal vez era el escape de no querer escuchar lo que nos compromete, al segundo comentario pensé que no queremos entrar en etapas de reflexión cuando nuestro entorno personal es cómodo, al tercer comentario pensé que sí, puedo ser complicado al escribir porque me ataca el ansia de que tal vez no vaya a ningún lado con mis escritos mientras la realidad nos desborda. Les prometo a los tres intentar contener mi, en ocasiones coraje, en ocasiones entusiasmo y les dedico este escrito de una anécdota que me conmovió y espero a ustedes también. La transcribo tal cual. Quien cuenta esta historia narra cómo su abuela se despedía de éste mundo después de 99 años donde, según ella, ya lo había visto todo. Sin embargo, había algo en ella que sólo algunos podían ver. Su vida fue de un constante rodearse preferentemente de sus nietos los que por alguna razón se veían fuertemente atraídos por su compañía, a lo que ella respondía con sincera curiosidad y atención. Nada de discursos, guías morales, formalidades, ni prejuicios importados de siglos pasados. Simplemente había algo en ella de una belleza sutil e infinitamente acogedora, que extrañamente atraía más a algunos que a otros: en este caso, sus nietos. Casi al mismo tiempo, una amiga le contaba de un experimento social realizado por el Washington Post, que por alguna razón le entregó la satisfacción de saber que, de alguna forma, varios nos hemos detenido por un momento a apreciar la belleza de una increíble mujer, antes que la vida nos tirara de la mano de vuelta a nuestras apuradas vidas. He aquí el experimento:
En una fría mañana de Enero, un hombre se paró a la entrada de una estación de metro en Washington DC y comenzó a tocar el violín. Tocó seis piezas de Bach por cerca de 45 minutos. Durante ese tiempo, en la mitad del horario punta, se calcula que miles de personas pasaron frente él, la mayoría camino a sus trabajos.
Tres minutos pasaron y un hombre de mediana edad notó el músico tocando. Redujo el paso y se detuvo por unos segundos para luego apurarlo y marcharse.
Un minuto más tarde, el violinista recibió su primer dólar: una mujer le arrojó el billete sin parar y continuó caminado.
Unos minutos más tarde, alguien se reclinó contra la pared a escuchar, miró su reloj y reinició su viaje, seguramente ya tarde para su próximo compromiso.
El que prestó más atención fue un niño de unos 3 años de edad. Su madre lo apuraba pero el niño se paró a escuchar la música. Finalmente su madre lo arrastró y terminó llevándoselo, mientras él giraba continuamente su cabeza hacia el violinista mientras se alejaba. Esta acción fue repetida por varios niños. Todos los padres, sin excepción, los forzaron a seguir caminado.
En los 45 minutos que tocó el músico, sólo 6 personas se detuvieron por un momento. Unas 20 personas le dieron algo de dinero mientras continuaban caminando sin parar. Recolectó un total de $32 dólares. Cuando finalmente terminó de tocar y el silencio de apoderó del lugar, nadie lo notó, nadie aplaudió, ni menos hubo reconocimiento alguno.
De hecho, nadie supo que el violinista era Joshua Bell, uno de los músicos más reconocidos del mundo. Lo que había tocado eran una de las piezas de violín más complicadas jamás escritas y su violín tenía un valor de 3.5 millones de dólares.
Dos días antes de tocar en la estación de metro, Joshua Bell había vendido todas las entradas de un teatro en Boston con asientos de $100 dólares c/u.
Este experimento social trató sobre la percepción, gustos, y prioridades de la gente, y las preguntas del ejercicio era:
¿En un lugar común a una hora inapropiada, somos capaces de percibir la belleza?
¿Nos detenemos a apreciarla?
¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?
Las conclusiones posibles son bastante obvias:
Si no tenemos un momento para detenernos a apreciar a uno de los mejores músicos del mundo tocando la música más exquisita jamás escrita… cuantas cosas más nos perdemos a diario?

El espacio que todos creamos.

La comunidad perfecta es la polis…, surgió para satisfacer las necesidades vitales del hombre, pero su finalidad es permitirle vivir bien… Aristóteles / La Política

Escuchamos con frecuencia, hablando de las problemáticas de la ciudad, que los cambios son imposibles, afirmación que viene a ser como una justificación para no actuar. Es distinto asumir la actitud de conocer los cambios que se tienen qué hacer y tomar la responsabilidad de implementar lo necesario para hacerlo. La primera actitud nos lleva a un nivel de conformismo que no beneficia a nadie, y la ciudad puede continuar con sus mismas problemáticas por años y años. En las pasadas jornadas universitarias en torno al tema de la violencia de género, actividad paralela a la exposición Violencia, Arte y Mujer, en el Centro Cultural Tijuana-Cecut, una de las ponentes comentaba la importancia de abrir estos espacios de reflexión y debate como principio fundamental para que la problemática se prevenga o se resuelva. Ciudad Juárez, Chihuahua, es un ejemplo donde se perdieron estos espacios, que tiene qué ver con un proceso cultural. Ya se lo decía un ciudadano al Presidente “la solución no es por este camino” y se refería a enfrentar la violencia con violencia y en sus palabras comentaba que la solución era a través de la educación y la cultura, como lo hemos comentado en muchas ocasiones por este medio. Y la conformación de la sociedad dentro de la ciudad permite o no abrir estos espacios. Jordi Borja en su libro La ciudad conquistada hace referencia a tres tipos de ciudades que co-existen en nuestros territorios contemporáneos: tres ciudades en el imaginario colectivo: la oficial de las jurisdicciones administrativas y las cartografías políticas, la real de la experiencia metropolitana de las transferencias y la flexibilidad productiva, la ideal (en el sentido de virtual o construcción mental) que todos construimos con nuestro deseo y percepción, la ciudad de los mapas mentales. En esta última yo considero es donde se crean los puntos de partida, los proyectos, las iniciativas, donde se toma partido por la inclusión y la diversidad, donde se compromete al urbanismo en la superación de las discriminaciones étnicas, de género y de edad, en la creación de entornos seguros, en la generación de empleos, en el respeto de las diversidades individuales y colectivas. Jordi Borja propone unos instrumentos y marcos como apoyos a la toma de decisiones: a) El acrecentamiento y cualificación del espacio público, en sus aspectos físico - representativo, político y social. El espacio físico de sutura entre las tramas disconexas del crecimiento periurbano, pero también el espacio político de la convivencia, el conflicto y la diversidad, b) La innovación política, comprehensiva y no negadora del conflicto. Borja fue el responsable del plan de descentralización de Barcelona, una de las claves del mejor urbanismo de los 80; hoy postula otras operaciones de subsidiariedad y complementación, de reconocimiento y legalización de los continuos urbanos y las redes territoriales discontinuas, con un sentido más contractual que burocrático y jerárquico, c) Una postura holística de la ciudad, totalizadora pero respetuosa de la diversidad, que supera los unilateralismos del marketing de imágenes urbanas, el urbanismo de productos sueltos y las visiones aisladas, las nuevas urbanizaciones de iguales viviendo entre iguales, protegidos y separados de los "otros", d)La reivindicación a ultranza de la ciudadanía, colocada incluso por encima de la instancia estatal, al proponer que las ciudades y territorios estén en condiciones de extenderla, aceptando la riqueza extraordinaria de la inmigración y su aporte a las sociedades que "tienen la suerte" de recibirla. Una ciudadanía global que suma los problemas del mundo como propios. Erich Fromm afirma que nuestra sociedad tiene miedo a tomar decisiones y adquirir responsabilidades: el miedo a la libertad. La participación es algo que tenemos que reaprender, porque las relaciones que mantenemos con nuestro entorno social son la medida de nuestra libertad. Cuando observamos los problemas de nuestro barrio, casi nunca proponemos soluciones. La razón de esta situación es según Michael Walzer, uno de los filósofos más destacados en los últimos años dentro del ámbito de la teoría política, la caída de las organizaciones voluntarias de la Sociedad Civil (familia, amistad, vecindad, cooperativas, asociaciones, movimientos sociales etc.) imposibles de sustituir por cualquier sistema estatal o económico. Es en esta Sociedad Civil donde se da la fragmentación y el conflicto, pero además las solidaridades concretas y auténticas. Los lazos de identidad que construye el individuo necesitan variados escenarios. Es su carácter de heterogeneidad lo que permite desarrollar diferentes modelos de vida plena. Cada uno de nosotros los elige consciente y voluntariamente, por lo tanto, proteger y estimular los espacios de complejidad dentro de la ciudad ayuda a construir una ciudad más participativa. Ciudadanía global a través de las organizaciones locales como cimiento del espacio que todos estamos construyendo.

La arquitectura y el poder.



La ciudad es el lugar donde uno se reconoce. Le Corbusier

En el libro La arquitectura del poder, de Deyan Sudjic y publicado por la Editorial Ariel encontramos una relación poco analizada: el arquitecto y el poder. La arquitectura históricamente usada como un instrumento de propaganda política y como símbolo de la imposición de los poderosos. Un capítulo poco conocido de la historia. En su narración Sudjic nos lleva de Sadam Hussein a Mitterand, pasando por Cesar Augusto o Napoleón III, los diferentes capítulos van desgranando momentos históricos y proyectos urbanísticos y arquitectónicos en los que el autor señala las ansias de los poderosos por ver reflejado física y espacialmente su poder. Y es que hasta el propio Obama tuvo un sueño de convertirse en arquitecto y quién sabe si, como otros, no ha convertido esa “vocación” en una trayectoria política. Por otro lado las relaciones entre Adolf Hitler y Albert Speer, el arquitecto oficial del III Reich, el arquitecto coreógrafo de los grandes despliegues militares que alucinaron a la población alemana y compungieron al mundo en la primera mitad del siglo pasado. Una buena forma de entender el significado altamente simbólico de la Cancillería alemana, mandada construir por Hitler para mayor gloria suya y, sobre todo, para impresionar a quienes pasaban a despachar con él. Una buena forma de entender también la grandilocuencia nazi al leer los planes de reconstrucción de Berlín para convertirlo en una nueva ciudad, Germania, que sería la nueva Roma del siglo XX. En la película "El Hundimiento" uno de los personajes principales de esta película era Albert Speer, arquitecto del Führer que aparecía reflejado como un hombre de mente templada pero totalmente fiel al partido. Hay una escena en la que Hitler revisaba una maqueta de su proyecto más ambicioso: La construcción de "Germania", que como decía en la película sintetizaba los estilos arquitectónicos de todas las épocas en una única ciudad del conocimiento. Un detalle muy interesante de la película es que Speer acude al bunker donde esta confinado Hitler para comunicarle que las obras de demolición habían sido canceladas hacia meses y que quería comunicárselo pues le cargaba la conciencia, demostrando así que aunque le era fiel, era consciente de lo absurdo del proyecto. Stalin, otro personaje fundamental de la historia del siglo pasado y que también entendió la construcción del espacio como una forma de representación de su poder y como una forma de ejercer ese mismo poder. Aquí el relato del libro se centra en los planes del dictador de convertir la Catedral de Cristo el Salvador en el Palacio de los Soviets, un edifico que reflejaría el poder del pueblo organizado y la superioridad de Stalin como líder supremo del pueblo. Para ello, llegó a convocar un concurso internacional de arquitectos en el que participaron las firmas más importantes del momento; nombres como Le Corbusier o Gropius presentaron sus proyectos, resultando finalmente ganador el proyecto presentado por Boris Iofan . El proyecto empezó a construirse pero la invasión alemana de 1941 dio por terminada precipitadamente su construcción y los materiales acabaron siendo utilizados para la construcción de puentes y estructuras defensivas, terminando de esta forma con el sueño constructivo de Stalin y de su arquitecto del poder. Benito Mussolini también tuvo sus aires de grandeza arquitectónica, quizá a un nivel inferior, y también dispuso de sus arquitectos de cabecera, destacando entre ellos a Marcelo Piacentini encargado de la construcción del barrio EUR, en la Exposición Universal de Roma en 1942, conocido como E42, pensado como continuación territorial de Roma y como forma de recuperar el esplendor imperial de la ciudad. En términos urbanísticos, E42 fue diseñado para dirigir la expansión de la ciudad hacia el suroeste, conectándola con el mar. La exposición planeada nunca tuvo lugar debido a la derrota italiana en la Segunda Guerra Mundial. En este punto es donde resulta sorprendente valorar que en la Exposición Internacional de París en 1937 se encontraron tres pabellones nacionales (Alemania, URSS e Italia) firmados por el trío de arquitectos del poder (Speer, Iofan y Piacentini), en un encuentro que hoy produce espanto, de los líderes de la estética totalitaria. Un momento histórico en el que, por otro lado, la II República Española trataba de hacerse oír internacionalmente en un grito de auxilio presentando un notable pabellón que incluía el Guernica, un símbolo de estética antitotalitaria. En los últimos capítulos donde aparecen nombres más actuales de la arquitectura como Santiago Calatrava o Frank Gehry y hay sitio para el efecto Guggenheim o el síndrome de los rascacielos. Se cuenta cómo la arquitectura también es un instrumento para inventar naciones (Yugoslavia, Irán, Turquía), un instrumento para remarcar la identidad nacional en tiempos de incertidumbres (los empeños de Mitterrand por levantar a toda costa el Louvre y el Grande Arche de La Defense) o un instrumento para extender el poderío cultural estadounidense. ¿Dónde está hoy el poder? ¿Quién está construyendo las grandes representaciones del poder económico? Está bien claro: Dubai con su obsesión de contar con la arquitectura más osada o la que deberíamos llamar la arquitectura del exceso y China envuelta en una carrera desarrollista sin medida provocando grandes encuentros raciales que parecen no importarle. En México también contamos con estos momentos de arquitectura y poder no citados en este libro pero que bien podríamos anotarlos más adelante, porfiriato aparte, donde se retratan claramente el desarrollo y evolución de una sociedad que con gusto, a cambio del "progreso", se sometía a una dictadura…

PEDRO FRIEDEBERG




Es una falta de cultura generalizada, una aceptación de cualquier vulgaridad, una ignorancia total. El nivel educativo ha bajado muchísimo, ya no se enseña historia del arte, ni estética; entonces, cómo pueden saber lo que es bello y lo que es feo, lo que es aceptable y lo que no lo es. PF

El 31 de enero de 2010 terminó, en el Palacio de Bellas Artes en la ciudad de México, la exposición Pedro Friedeberg: arquitecto de confusiones impecables, a la par de la presentación del libro "Pedro Friedeberg", publicado por Trilce Ediciones con apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Fondo de Cultura Económica. El libro explica por qué es relevante Pedro Friedeberg dentro de la historia del arte mundial. Lo mismo se puede observar en la exposición que integra una selección de 185 piezas entre pinturas, obra en papel, serigrafías, ensamblajes y mobiliario que dan testimonio de la propuesta original y creativa de Friedeberg. No quise dejar pasar la oportunidad de hablar de este artista singular de quien el arquitecto Fernando González Gortazar dijo : “Es un hombre de pocas palabras verbales pero infinitas palabras visuales y cuando brotan ambas revelan su inteligencia y sabiduría. Es como un alivio encontrar a alguien cuya declaración de fidelidad a sí mismo se da en cada respiro y pincelada. Nos narra cuentos de hadas con voz de matemático. En sus obras hay un delirio razonado, son piezas cerebrales”. En mi adolescencia pensaba que el arte no iba más allá de Rembrandt o Tiziano hasta que precisamente conocí la obra de Friedeberg, me abrió otro mundo, otra manera de pensar, se convirtió en un eje de dónde partir y en la medida que conocía su obra más me convencía de su importancia. En una etapa de inseguridad natural me dio la confianza de poder volar sin límites como él lo ha hecho en su obra. Los espacios en su obra son mágicos y su incursión en el diseño industrial marca una diferencia y un punto de atracción para el mundo del diseño. Es inconcebible que no se le tome en cuenta, que las nuevas generaciones no le conozcan. Pedro Friedeberg nace en Florencia, Italia, el 11 de enero de 1936, hijo de padres judíos alemanes refugiados en Italia. Llega a México en 1940. Remedios Varo fue quien indujo a Friedeberg a realizar en 1959 su primera exposición individual en la Galería Diana. A lo largo de los años su obra ha mantenido su esencia: “Mi estilo siempre ha sido arquitectónico porque estudié arquitectura (en la Universidad Iberoamericana). Admirador de Piranesi y la familia Canaleto, Friedeberg reconoce que hay muchas interpretaciones detrás de cada obra, “por lo general sarcásticas o irónicas”. El cuadro titulado Mil casas para mil pendejos es “una burla de esas casas que hacen por millares para que habite la sobrepoblación del siglo XXI”. Habla diecisiete idiomas, incluido el esperanto y el volapük, que es una forma de esperanto. Marcado por el surrealismo, Pedro Friedeberg presenta su icono más emblemático: la Silla-mano, que en un principio proyectó como escultura, pero por su forma se le dio un uso de silla. Dado su impacto, tras mezclar lo lúdico, lo serio y lo “chiflado”, muchas personas empezaron a pedirle una copia de ese diseño. Roman Polansky se encuentra entre sus coleccionistas.James Oles, curador de la muestra, aseguró que la pieza, realizada por el artista en 1961, no es poca cosa, pues “todo el mundo la identifica como uno de los diseños mexicanos más emblemáticos y reconocidos del orbe”. Es la pieza más famosa de Pedro. La conocen en todo el mundo desde los años 60 en que él la concibió. Esta silla, en forma de mano humana monumental, le dio fama mundial hace medio siglo y sigue vigente. La conocí en Francia y hoy, es un privilegio sentir cómo se va poniendo tibia la mano en la que estoy sentado". A principios de los años 90’s participé en un concurso de arte miniatura en Canadá y fue para mi un honor y un privilegio haber obtenido una mención honorífica en la categoría de collage, junto con Pedro Friedeberg, las dos únicas, por cierto, de dos mexicanos, el alumno y el maestro. Es importante revisar la obra de este artista, es una lección de la disciplina y el oficio, de la libertad creativa y la pasión por la vida. Sólo puedo terminar diciendo: Gracias Pedro

La frontera.

“La frontera se corporiza como un espacio de conflicto y de acuerdos, un elemento complejo que adquiere entidad no sólo física sino simbólica” Patagonia Otra.


Hablar de la frontera desde ella misma es complejo, además de las percepciones distintas de los que vivimos en ella su misma complejidad la hace inatrapable. En un encuentro de la frontera sur, Patagonia Otra se comentaba que “La frontera se corporiza mentalmente como un LIMITE: es confín y principio, inclusión y exclusión, tierra de nadie y no lugar: periférica, marginal, desplazada. Pero también es ESPACIO: lugar de intercambio y mestizaje, nebulosa difusa plantada en el límite de las cosas.
Nuevo escenario que aloja el potencial de lo posible y la fragilidad del lugar de la utopía. Cuando la frontera es la representación de la oposición entre sistemas, es casi siempre obscena y trágica, impermeable y sin poros; en cambio, cuando adquiere grosor inevitablemente contempla un espacio interior muy rico, un espacio de tránsito furtivo de confrontación y transculturalidad, una nueva geografía a ambos lados del límite que se redibuja permanentemente como una reconciliación, un gigantesco palimpsesto narrativo que guarda los rastros y huellas de otras vidas y memorias. La frontera se convierte en un punto de encuentro, un espacio donde se define la vida contemporánea. En Tijuana el “otro lado” siempre ha significado una extensión de este “otro lado”, cruzamos el límite sin cuidado, de manera natural asimilamos, gozamos, sufrimos, nos integramos bioculturalmente, aún más, podemos vivir por temporadas cortas o largas sin dejar de ser de “este lado”. Sin embargo “los otros” nos dan la espalda, nos desconocen, viven asilados perdiendo la oportunidad del encuentro, se pierden la energía creadora de construir caminos. La frontera como punto de partida. Pasar de un país a otro es un concepto que trasciende lo geopolítico y entramos en el territorio de las identidades. La frontera es una oportunidad que los gobiernos pierden, cada acción de gobierno debería marcar una nueva ruta, un modelo cultural, político, social, urbano y económico. Se pierde en aras de seguir lo conocido o lo aparentemente seguro y comprobable, lo fácil por la búsqueda, el ciudado de la imagen por el riesgo de ser el mejor. Vivir en la frontera es vivir en el borde, físico-mental donde se puede elegir la interacción o el encierro en la tierra de nadie. Aunado a esto nos encontramos con las fronteras dentro de la frontera, los límites internos, llámense el mar, la montaña, el muro, el boulevard, el barrio, fronteras internas que marcan una manera distinta de imaginar la ciudad, de vivirla, de recorrerla. Atenuar estas nuevas fronteras nos representa otro esfuerzo que no se puede desconocer. Detrás de la frontera geográfica entre los países nace una cultura distinta a la que impera al interior de cada uno de los países, dentro de las fronteras internas nace una cultura distinta a la que impera dentro de los otros límites y esto se toma poco en cuenta al desarrollar proyectos culturales o sociales. Se ignora lo simbólico, que hay otros sujetos con otros conflictos y dilemas, permeados por otras tradiciones. El cerebro, como lo analizamos en escritos anteriores, crea sus propias conexiones, se modifica físicamente para adaptarse a su entorno y requiere nuevas conexiones en un nuevo entorno y para ello requiere de un proceso de integración a través de procesos netamente culturales. Por ello la insistencia de que el ámbito de la cultura debe permear en los otros ámbitos: social, económico, medio ambiente. Por ello en otros países y ciudades que han entendido esto aún los proyectos de transporte o seguridad se convierten en proyectos culturales por que abordados desde esta perspectiva se toman en cuenta los imaginarios, la diversidad y los sueños de un ciudadano en espera de respuestas. Sobretodo en la frontera que va marcando nuevos caminos para el mundo.

El despertar de la cultura

No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su momento. Víctor Hugo

El escritor Borja Vilaseca, en la última edición de E l País anota que “Todo lo que ha sucedido a lo largo de 2009 no ha sido bueno ni malo. Simplemente ha sido necesario. Al tomar un poco de perspectiva, concluimos que las crisis no son más que puntos de inflexión en nuestra larga historia de transformaciones sociales y económicas. En realidad, son el puente entre lo que somos y lo que estamos destinados a ser.” Y al voltear la vista atrás nos damos cuenta que sólo aquello donde la dimensión cultural permeaba todas las acciones, sólo ello encontró un buen puerto. Donde la crisis fue un momento de reflexión y no necesariamente un freno a los proyectos, todo lo contrario, un avance consistente hacia la meta. Y podemos verlo en proyectos económicos, sociales, políticos, planes de seguridad, transporte y educativos donde la cultura hizo la diferencia. Los principales museos del mundo reencuentran sus principios y modifican su lectura donde el espectador se vuelve activo participante. Se habla de la economía consciente, cuyo objetivo es que el sistema, las empresas y los seres humanos cooperen para crear un bienestar social y económico verdaderamente eficiente y sostenible. Y yo hablaría de un urbanismo consciente que promueva la responsabilidad social tanto del gobierno, las empresas y los ciudadanos y todo comienza con el cambio de mentalidad de los seres humanos. ¿Por qué una ciudad recibe en 2009 un premio internacional por implementar medidas que benefician a sus ciudadanos a través de un urbanismo responsable y nuestra ciudad no puede reconvertir toneladas de concreto en un proyecto eficiente?. ¿Por qué muchas instituciones culturales en el país bajan los brazos, medio cierran sus puertas y terminan con un subejercicio y otras generan nuevos proyectos y optimizan sus métodos de trabajo? Ciertamente la dimensión cultural tiene que ver con esto. ¿ Por qué unas ciudades se quejan de la inmigración y otras consideran “ la suerte de tenerla” con una conciencia de ciudad global respetuosa de la diversidad. Nuestro mundo es étnica y culturalmente diverso y las ciudades concentran y expresan dicha diversidad. Frente a la homogeneidad afirmada e impuesta por el Estado a lo largo de la historia, la mayoría de las sociedades civiles se han constituido históricamente a partir de una multiplicidad de etnias y culturas que han resistido generalmente las presiones burocráticas hacia la normalización cultural y la limpieza étnica. La gestión de las tensiones y la construcción de la convivencia en el respeto de la diferencia son algunos de los retos más importantes que han tenido y tienen todas las sociedades. Y la expresión concentrada de esa diversidad cultural, de las tensiones consiguientes y de la riqueza de posibilidades que también encierra la diversidad se da preferentemente en las ciudades, receptáculo y crisol de culturas, que se combinan en la construcción de un proyecto ciudadano común. La ciudad no es sólo un fenómeno urbanístico; está constituida por las sinergias que se producen entre las instituciones y los espacios culturales, que nos brindan la posibilidad de aprender en la ciudad; entre la producción de mensajes y significados y que nos permiten, al propio tiempo, aprender de la ciudad y, también, de su pasado y su presente, muchas veces desconocido. El mismo autor que nombré al principio dice “que sólo al asumir que somos co-creadores del mundo que habitamos podemos decidir cambiarlo, cambiándonos primeramente a nosotros mismos. Y lo queramos ver o no, es una decisión que tomamos cada día”.

El viaje de la ciudad.

Ojalá que el camino sea largo, no apresurarlo, y llevar en el pensamiento la ciudad soñada porque a ella se debe el viaje. Kafavis

Imaginar la ciudad es en ocasiones imposible ante el embate de una realidad no planeada, mal interpretada o simplemente mal construida. Nos perdemos en la búsqueda de los culpables cuando ellos ni cuenta se dan y terminamos nosotros, los ciudadanos, sufriendo la ignorancia o la mala fe. Cada año esperamos no sólo imaginar sino realizar, y cada día es un paso al encuentro de una realidad distinta. Vamos tratando de poner en la mesa las ideas para su reflexión, los ejemplos para ponernos en acción, la sonrisa para disfrutar el camino y no empujarnos sino apoyarnos, unos con otros. La ciudad es más que un fenómeno urbano, es una serie de energías que fluyen entre las instituciones y los espacios culturales, espacios que nos dan la posibilidad de aprender/aprehender la ciudad. Traducirla y abrazarla. La construcción de una ciudadanía organizada, autónoma y solidaria, capaz de convivir en la diferencia y de solucionar pacíficamente sus conflictos es el camino a seguir, sin trabas, con decisión. Hemos de buscar un proyecto que reivindique lo colectivo y lo público, lo político y lo ético y busca ingresar a la modernidad haciendo uso de la educación como fenómeno eminentemente comunicativo cuyo desarrollo potenciará la capacidad de incidir de la sociedad sobre sus propios destinos, estableciendo cambios en la conducta y los comportamientos de los ciudadanos, buscando la construcción de la democracia y la ciudadanía como proyecto colectivo. La ciudad no es ya sólo el conglomerado urbanístico de calles y de pobladores, sino un gran alma, una ciudad viva, un cuerpo que siente, que se mueve, una ciudad con corazón propio, un ambiente y un contexto global de vida y aprendizaje. Una ciudad viva a la que nosotros como ciudadanos le damos el ánimo y la energía necesaria para seguir moviéndose para que nos permita movernos en ella. Una ciudad que asume el pluralismo como frontera y que debe cultivar la tolerancia como valor propio. La ciudad hay que verla desde muchos puntos, desde distintos amores y desamores, desde la poesía y el grafiti, desde el arte y la impaciencia, dese la soledad y la fiesta. La ciudad hay que celebrarla, no sólo hoy o el día de su cumpleaños, hay que celebrarla todos los días. No hay que perder de vista sus rincones y sus olores. Hoy resulta crucial, reflexionar desde la duda, desde lo complejo, desde los interrogantes y no, como estamos acostumbrados desde la pretensión de brindar una respuesta única y categórica a los problemas que enfrenta la ciudad y sus ciudadanos. Es reconocer la dificultad, es aceptar la complejidad, la incertidumbre y la necesidad de diversificar las posibilidades y las soluciones. Cada esquina es un mundo. Cada barrio un universo. Lo cierto es que la ciudad ya no está exactamente aquí o allá, ni es esto o lo otro. La ciudad es el flujo, la centrífuga, el dramatismo creado por su propia complejidad. Algunos, quizá, están en la ciudad, pero no pertenecen a ella. Están en el no-lugar. Para ellos la ciudad es el no-lugar, lo inhóspito, lo agresivo. De esa manera vienen a negar el concepto original de ciudad. Son los que se quejan sin estar, pero sí viven de ella. A estos dejémoslos en su lamento. Nosotros alegrémonos de estar aquí. Exijamos y respetemos. Hagamos una fiesta cada día para cambiar la mirada. Salud.