lunes, 22 de octubre de 2012

Qué es la Agenda 21 de la Cultura

La ciudad de 2030 no se puede gestionar eficazmente desde “arriba” o desde “fuera”, sino que requiere un gobierno democrático, elegido por el pueblo, al que a su vez debe rendir cuentas. Una ciudad en donde hombres y mujeres tienen un papel paritario en la toma de decisiones. Un gobierno local que dispone de las competencias y los recursos financieros y humanos suficientes para desarrollar una política pública de alta calidad; y que colabora con otros niveles de gobierno y con municipios vecinos para desarrollar enfoques comunes por el bien de un desarrollo eficaz. Manifiesto La Ciudad de 2030, Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales, México 2010. Escuchamos de manera constante el término Agenda 21 de la cultura. Se refieren a ella en debates de cultura, se discute en seminarios y se anota en artículos, se habla de implementarla en algunas ciudades, pero ¿realmente sabemos qué es? La Agenda 21 de la cultura es el primer documento, con vocación mundial, que apuesta por establecer las bases de un compromiso de las ciudades y los gobiernos locales para el desarrollo cultural. La Agenda 21 de la cultura fue aprobada por ciudades y gobiernos locales de todo el mundo comprometidos con los derechos humanos, la diversidad cultural, la sostenibilidad, la democracia participativa y la generación de condiciones para la paz. Su aprobación tuvo lugar el 8 mayo 2004 en Barcelona, por el IV Foro de Autoridades Locales para la Inclusión Social (FAL) de Porto Alegre, en el marco del primer Foro Universal de las Culturas, que contó entre sus socios principales a la UNESCO, y tuvo entre sus objetivos convertir a los gobiernos locales en agentes que puedan construir y desarrollar, conjuntamente con la sociedad civil, alternativas de gestión pública en el proceso de globalización. Este foro constituyó un importante espacio de reflexión sobre el papel de las ciudades en un mundo global. En esta ocasión participaron 120 alcaldes de diversas ciudades del mundo y miles de participantes. El alcalde de Porto Alegre, Joao Verle comentó que «las colectividades locales pueden tener una dimensión más práctica y más humana que los estados», por ello, es necesario que sus puntos de vista sean tomados muy en cuenta para encontrar soluciones a los problemas que, por ejemplo, plantea la globalización y el director general de cultura de Montevideo, Gonzalo Carámbula, destacó que «no hay participación posible si no existe libertad cultural», y espera que «la Agenda 21 se apruebe en el marco del Fórum y se convierta en herramienta imprescindible para generar un escenario que garantice la participación de todos los ciudadanos». La organización mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) adoptó la Agenda 21 de la cultura como documento de referencia de sus programas en cultura y asumió un papel de coordinación del proceso posterior a su aprobación. El Grupo de Trabajo en Cultura de la CGLU, constituido en Beijing el 9 junio 2005, es el punto de encuentro de ciudades, gobiernos locales y redes que sitúan la cultura en el centro de sus procesos de desarrollo. La Agenda 21 de la cultura en la actualidad, y de acuerdo al último informe consultado cuenta con 225 ciudades adheridas a la Agenda, 27 de ellas en América (Estados Unidos no tiene ninguna ciudad adherida), Brasil es el país en América con mayor número de ciudades afiliadas y de México sólo están adheridas oficialmente: Puebla, San Miguel de Allende y Ensenada. En el programa para el periodo 2011-2013, documento que recoge las prioridades de la Comisión de Cultura de la CGLU, se anota como objetivo: Promover la cultura como el cuarto pilar del desarrollo sostenible a través de la difusión internacional y la implementación local de la Agenda 21 de la cultura. Hay 5 prioridades: Prioridad 1. Desarrollo de políticas. La CGLU y su Comisión de Cultura son reconocidos local, nacional e internacionalmente por su liderazgo en procesos que relacionan la cultura con el desarrollo sostenible. Procesos de investigación rigurosos y colaborativos son el motor de estas actividades. Prioridad 2. Desarrollo de proyectos. La CGLU y su Comisión de Cultura desarrollan proyectos específicos en el ámbito del intercambio de experiencias y buenas prácticas en materia de cultura y desarrollo sostenible. Prioridad 3. Alianzas y asociaciones. El networking y las campañas de promoción (advocacy) permiten a las ciudades tener una presencia activa en la agenda internacional sobre cultura y desarrollo sostenible. Prioridad 4. Financiación y recursos. La Comisión de Cultura, en estrecha cooperación con el Secretariado Mundial, obtiene financiación para dar apoyo a la implementación de proyectos específicos y garantizar la continuidad a largo plazo de las actividades y la Prioridad 5. Mejor gobernanza. Una comisión formada por miembros activos, con responsabilidades compartidas y muy dinámica. Una comisión que comparta las prioridades de la CGLU. Hay un aspecto que se resalta. La evaluación. Los proyectos de desarrollo local analizan y evalúan, normalmente, sus impactos económicos, sociales y ambientales, pero raramente lo son sus impactos culturales. La Agenda 21 de la cultura, en su artículo 25, promueve la implementación de formas de “evaluación deI impacto cultural de iniciativas “que impliquen cambios significativos en la vida cultural de las ciudades”. Una evaluación del impacto cultural es un documento, elaborado en un proceso de consulta con la ciudadanía y los agentes culturales, que analiza las contribuciones (tanto positivas como negativas) que un proyecto de desarrollo local podría generar en la vida cultural de la ciudad. La adhesión a la Agenda 21 de la cultura reviste de gran importancia simbólica: expresa el compromiso de una ciudad para conseguir que la cultura sea una dimensión clave en las políticas urbanas, y muestra la voluntad de solidaridad y cooperación con las ciudades y los gobiernos locales del mundo.

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