lunes, 14 de febrero de 2011

Cuando la convivencia no es un discurso.

«…además surge otra obligación que, tras el profundo cambio de los marcos tradicionales de la existencia, nos exige comprender mejor al otro, comprender mejor el mundo. Exigencias de entendimiento mutuo, de diálogo pacífico y, por qué no, de armonía, aquello de lo cual, precisamente, más carece nuestra sociedad. Esta posición lleva a la Comisión a insistir especialmente en uno de los cuatro pilares presentados e ilustrados como las bases de la educación. Se trata de aprender a vivir juntos…Una utopía pensarán, pero una utopía necesaria, una utopía esencial para salir del peligroso ciclo alimentado por el cinismo o la resignación.» Jacques Delors


Hay una gran preocupación por la convivencia en la ciudad, incluso la Organización de Estados Iberoamericanos presenta un documento que constituye la primera aproximación para formular una forma de pedagogía destinada a dar respuesta al gran problema de la convivencia. Se insiste en la necesidad de propiciar nuevos modelos de práctica pedagógica centrados en la convivencia y la diversidad, con un sentido fuertemente formativo y transformador. Salta a la vista la necesidad de un cambio, tanto las actuales prácticas pedagógicas como la sociedad en que ocurren. No pueden seguir como están. Francisco Tonucci, autor del libro Cuando los niños dicen basta, pregunta: "¿Cómo se comportarían los adultos si unos niños ocupasen un espacio de estacionamiento libre (o una restringida, dispuestos a pagar la tarifa del aparcamiento) para jugar? ¿Reconocerían que los niños han llegado antes, que están ejerciendo un derecho sin duda más reconocido y legalmente protegido que el de aparcar un automóvil? ¿Les expulsarían y, en caso de resistencia, llamarían a la policía? ¿Cómo se comportaría la policía? ¿Recriminaría al adulto por haber molestado a unos ciudadanos en ejercicio de un derecho o expulsaría a los niños amenazándoles incluso con multar a sus padres por ocupación indebida del espacio público? Por ejemplo, en lugar de preguntarnos: "¿queremos aparcamientos o espacios de juego?", debemos hallar la manera de responder a: "¿Cómo se pueden conseguir aparcamientos y a la vez espacios de juego?". Precisamente porque cumple todas estas funciones, el espacio público debe protegerse ante la privatización de los espacios. ¿Qué factores amenazan con privatizar los espacios? el mercado, que presiona sobre unos espacios considerados improductivos, y presiona sobre recalificaciones del terreno, el '"higienismo social" como intento de "limpiar" la ciudad de personas marginales (cerrar los parques por la noche, eliminar los espacios públicos en determinados barrios), la búsqueda de seguridad, que lleva a cerrar un espacio público o sustituirlo por espacios privatizados (ir a pasear por un centro comercial que posee servicio de seguridad, por ejemplo), la utilización desmesurada del automóvil en los desplazamientos, la falta de cultura del espacio público, traducida en restricciones y prohibiciones (Prohibido jugar a pelota, prohibido pisar el pasto)”. El Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del Distrito Federal, en colaboración con las empresas Philia e IKI Gaming, lanzó en julio 2010 "Colonia Segura", primer juego interactivo, en español, en la red social Facebook, con el fin de crear mejores prácticas ciudadanas. La aplicación ya cuenta con más de mil usuarios. Las actividades se realizan con base a distintos tópicos como son: cuidar el agua, consejos de seguridad, separación de residuos sólidos, entre otros. El punto, dicen, es compartir información sencilla con acciones simples para mejorar la convivencia en la ciudad. La seguridad ciudadana es uno de los componentes importantes en el bienestar colectivo porque abarca temas críticos como la violencia y la criminalidad. Toda política tendiente a mejorar los espacios de convivencia de los ciudadanos conlleva resultados positivos en la calidad de vida por medio de logros en tolerancia, respeto y comunicación. El programa en Medellín, Colombia Cómo Vamos le hace seguimiento a la seguridad ciudadana y la convivencia mediante indicadores que indagan por el respeto a la vida, el respeto al patrimonio económico ajeno, el nivel de victimización y denuncia y en el caso de la convivencia en la ciudad, se indaga a través de la Encuesta de Percepción Ciudadana por la solidaridad, el respeto por minorías de la población, entre otros. El planteamiento del cambio implica, como lo podemos observar, en la capacidad que tengamos para detectar dónde y cómo cambiar. Con pocas esperanzas en nuestro congreso, en el gobierno federal, que esperan que otros gobiernos tomen acciones, como en el reciente caso de la trata de personas en España que tomando como punto de partida los anuncios que ofrecen sexo en los diarios como El Mundo ejercen presión para prohibirlos, entonces sí nuestros funcionarios accionan. El tema de la convivencia, del espacio público, requiere análisis y acciones inmediatas. No esperemos a ver qué hacen otros gobiernos, otras ciudades. Para transformar nuestro entorno de manera constructiva, debe, pues, promoverse la responsabilidad, la energía, la creatividad, la acción para formular propuestas y para hacerlas prosperar.

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