sábado, 17 de marzo de 2012

La ciudad es la sociedad construida


…no hablo de la ciudad sino de aquello en lo que a través de ella nos hemos convertido.
Rainer-María Rilke, Diario Florentino


Quiero compartir una anécdota que relata la escritora Elvira Lindo en el diario El País a propósito de su participación en la Feria del Libro de Guadalajara. Nos comenta de su fortuna de compartir mesa redonda con José Alberto Gutiérrez, conductor de un camión de basura en la ciudad de Bogotá, Colombia. Narra José Alberto que mientras hacía su recorrido habitual, vio que en el suelo alguien había dejado un ejemplar viejo de una novela de Tolstoi. Se lo llevó a casa. Su señora modista, se encargó de restaurarlo amorosamente, como quien zurce una prenda delicada. De pronto se le ocurrió a José Alberto la idea de recoger todos los libros que encontrara en su paso. Sus colegas barrenderos ayudaron en esta tarea sirviéndole de cómplices. Le gritaban “! José, libros!” y se los colocaban en el asiento de al lado. A la fecha José ha recogido miles de volúmenes que han pasado por las manos de su esposa. En un primer momento colocaron los libros en la planta baja de su casa. Allí empezaron a acudir mujeres y niños de su barrio, cuando los libros no cabían consiguió otros tres locales que se convirtieron en bibliotecas. La biblioteca fue apropiadamente bautizada “La Fuerza de las Palabras". Era la primera vez que José se subía en un avión y era la primera vez que José hablaba en público su experiencia. En su biblioteca hecha de libros tirados por otros hay una colección de ocho tomos sobre la primera y segunda guerras mundiales, un par de enciclopedias completas de Salvat y Cumbre, y antologías exclusivas de obras de Borges y Cortázar. José Alberto explica que “lo único que me interesa es que se acabe la ignorancia en este planeta. Y cuando acabe la ignorancia, seguramente va a haber paz en el mundo”. La construcción de un espacio igualitario en la ciudad supone ir contra corriente, vencer muchas resistencias, desde la falta de crítica y el menosprecio de los problemas sociales generados por el modelo urbano actual. Es necesario ir actuando simultáneamente sobre todas las fases del proceso para poder invertirlo. Partiendo de la propia ciudadanía desde donde debe surgir la crítica al modelo de ciudad, incidiendo en el marco legislativo y normativo para que acoja los cambios necesarios e interviniendo en la planificación urbana y territorial en todas las escalas. Una nueva forma de pensar la ciudad, de pensar sobre la calle y sobre la vivienda va a conducir a nuevas propuestas y actuaciones. El cambio en la percepción de las necesidades, la nueva jerarquía de valores y, sobre todo, el objetivo prioritario de construir un espacio a la medida de todos, conduce inexorablemente a fórmulas distintas de las que actualmente se están manejando y a plantear actuaciones novedosas tanto en la construcción del espacio público como privado, donde el ciudadano es el motor principal de las acciones. Al respecto celebro la iniciativa de Reacciona Tijuana, que pasa a otra etapa de trabajo en coordinación con el GET, el apoyo de SEDESOL, Tijuana Calidad de Vida, Fundación que Transforma, alumnos de la UPN, alumnos de artes plásticas de la UABC, amigos y voluntarios, donde las acciones colectivas generan cambios importantes en el entorno. Y la frase de Reacciona Tijuana: “Hay que sumar, para demostrar que funciona un proyecto que surge de las necesidades reales de la gente”, lo dice claramente. Paco González en Ciudad Viva lo aclara: “Las distintas prácticas de los ciudadanos son las que redefinen el propio concepto de ciudad y ponen en crisis las convenciones históricas de la ciudad. Es en estas prácticas dónde encontraremos respuestas para esta crisis”. Más “José Albertos” en la ciudad.

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