viernes, 4 de marzo de 2016

Ciudad, seguridad y cultura



La planificación urbana se diluye en mera anécdota si no la entendemos como aquel proceso que permite ordenar y construir ciudad, poniendo en relación espacio urbano y social en el tiempo.  Algunas ciudades (Barcelona, Curitiba, Medellín, Rosario) lo entendieron así en algún momento de su historia. No se trata de ciudades perfectas, ni menos aún de gobernanzas inmaculadas, se trata de entender que la ciudad es una construcción compleja en el tiempo y que su transformación debe establecerse a partir del consenso de los que habitan diariamente para proyectar objetivos comprometidos con el futuro. Celina Caporossi, catedrática de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
En el estudio sobre percepción de seguridad, victimización y cultura ciudadana: sus relaciones en cinco contextos iberoamericanos,  José Ignacio Ruiz de la Universidad Nacional de Colombia y  Luis Alfredo Turcios de la Universidad Tecnológica de El Salvador advierten que el miedo al delito es uno de los temas sociales a los que debe dar respuesta la política  de los países, por sus posibles repercusiones en los ámbitos públicos de la salud, la economía y la interacción de los ciudadanos con el sistema de justicia. Niveles altos de miedo al delito pueden afectar la conducta social en el espacio público, alimentar los sistemas de vigilancia privada, las  formas privadas de justicia y amenazar la democracia a favor de alternativas que prometen seguridad. Este trabajo  halló que una mayor Cultura Ciudadana se asocia principalmente con mayor satisfacción con la policía, con mejor balance de clima emocional, menos temor al delito y, en menor grado, con menor victimización personal. Retomando la definición de cultura emitida en la Conferencia Mundial sobre Política Cultural, realizada en México en 1982, como "el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan una sociedad o grupo social. Ello engloba, además de las Artes y las Letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias", La Ley General de Cultura de Colombia la define así: "Cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a los grupos humanos y que comprende, más allá de las artes y las letras, modos de vida, derechos humanos, sistemas de valores, tradiciones y creencias".  En otras palabras, cultura es todo lo que hacemos, es todo lo aprendido a través de la socialización, es el comportamiento que se refleja a través de las tradiciones, costumbres, idiosincrasia, etc. y que surge en la medida que las sociedades evolucionan,  por lo tanto, es una expresión cambiante, a la vez que es interdependiente, es un reflejo de la estructura económica y permite a los individuos miembros de una sociedad diferenciarse de los otros, identificarse con los propios, llevando de esa manera a la formación de una conciencia individual y social. Es la manera total de vivir de un pueblo, el legado que el individuo recibe de un grupo. Resumiendo todo lo anterior, la cultura es un lugar de encuentro que permite el diálogo con la diversidad, es, a su vez, un espacio de búsquedas colectivas y la formulación de un proyecto futuro para los grupos humanos. Por otro lado y para dejar claro los términos llegamos al concepto Cultura Ciudadana, puesto en marcha por el entonces  Alcalde de Santa fe de Bogotá  y ex candidato presidencial en las pasadas elecciones en Colombia, Dr. Antanas Mockus en su primer período de gobierno municipal (1994-1997), y se materializó en el plan de desarrollo "Formar Ciudad" como una de las seis prioridades del mismo. Desde entonces, la Cultura Ciudadana ha sido entendida como el conjunto de los comportamientos, valores, actitudes y percepciones que comparten los miembros de una sociedad urbana y que determinan las formas y la calidad de la convivencia, influyen sobre el respeto del patrimonio común y facilitan o dificultan el reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos. Encontramos varios planes que abordan el concepto de cultura ciudadana: El Programa Cultura Viva: Hacia una seguridad sostenible en la Delegación Venustiano Carranza, en la ciudad de México en 2006 y que toma como fundamento básico la  Seguridad sostenible: políticas que consideran la desigualdad social como la causa fundamental del delito y buscan minimizar todos los tipos de exclusión (territorial, social, cultural, de edad, género, etc.). Se concentra en la atención de las causas del delito como una medida que en el largo plazo puede transformar positivamente la sociedad. En seguridad sostenible se privilegian 4 áreas de trabajo: Urbanismo, promoción de la cooperación de los habitantes en la cualificación de los espacios públicos y la mejora de la vivienda, así como la regeneración del hábitat en zonas marginales para proporcionarles visibilidad y dignidad. Cultura, creación de un ambiente de seguridad mediante actividades para la población que favorezcan la integración ciudadana. Acción socioeconómica y educativa, acciones preventivas tendientes a generar empleo in situ, disminuir la deserción y ausentismo escolar, generar programas de formación para los sectores más vulnerables de la población. Innovación política y legal,  cambios normativos, organizativos y de gestión, propios de la modernización administrativa, enfocados al acercamiento del gobierno local a la gente y la resolución de los problemas. El plan de Desarrollo 2001-2004 "Bogotá para vivir todos del mismo lado", contempló  como uno de los seis objetivos del plan, el objetivo de Cultura Ciudadana. En Medellín, Colombia el actual alcalde con un fuerte convencimiento de la necesidad de presencia institucional en los barrios, y como un refuerzo a la Cultura Ciudadana, dijo: “estamos decididos a no dejar ni un rincón de la ciudad solo”. Y agregó: “Caminaré esta ciudad, rincón por rincón, para identificar dónde están las bandas delincuenciales” y lanza el proyecto de los centros de atención inmediata, los CAI Periféricos, espacios técnicamente funcionales  que se convierten en nuevos referentes urbanos, los cuales a su vez dignifican y generan sentido de pertenencia entre los habitantes de los sectores donde se localizan. De esta manera, la Administración Municipal actual contribuye a generar sentido de pertenencia de los residentes con sus zonas de influencia, y la arquitectura se vuelve plataforma para que los ciudadanos tengan un espacio para la cultura, el civismo, y el sano esparcimiento. Servirán de apoyo a los organismos de seguridad y de justicia para prevenir y contrarrestar las actividades delictivas y promover la convivencia en la ciudad. Se caracterizan por estar ubicados en el perímetro urbano de la ciudad y por el faro o chorro de luz dirigido hacia el cielo. Por su ubicación estratégica facilitará que las autoridades tengan una visual amplia de diferentes sitios de los barrios y así poder actuar de manera rápida para atender los requerimientos de seguridad de la ciudadanía. Los CAI Periféricos (Centros de Atención Inmediata) parten del concepto arquitectónico de “edificios públicos como íconos barriales” donde la arquitectura es también protagonista en el paisaje y se generan referentes de ciudad que dinamizan los barrios. En fin, encontramos que en lo que respecta a la ciudad, seguridad y cultura la diferencia la hace el concepto y la acción, actuar… hacer… es la diferencia.
Armando García Orso

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