viernes, 10 de septiembre de 2010

Los medios y la realidad oculta.

La tarea del conocimiento es integrar lo visible y lo oculto, superficie y estructura... Existen muchos procesos sociales que en la superficie se presentan de una manera y en las capas profundas adquieren otras connotaciones, por lo cual es necesario alcanzar estas últimas a fin de reconstruir y reinterpretar los movimientos que suceden en la superficie... la superficie siempre trastoca en su presentación lo que realmente acontece en lo profundo de la realidad social / Jaime Osorio

Algunos meses después de iniciar el gobierno municipal de Medellín a cargo de Sergio Fajardo en el 2004 recibí el diario El Mundo y me sorprendió que la noticia principal era el proyecto de iluminación navideño de la ciudad, un proyecto aplazado una y otra vez en gobiernos anteriores por carecer de presupuesto, el alcalde manda realizar un gran proyecto de iluminación lo ofrece a otras ciudades del país con asesoría incluida, obtiene un préstamo del Banco Mundial para su realización y lo paga con utilidades al venderlo a otra ciudad. Además de lo creativo de resolver un proyecto lo sorprendente era que lo positivo era la noticia. Después recibí informes que efectivamente los diarios de la ciudad habían entendido que las noticias positivas vendían mejor, al grado que hubieron de aumentar tirajes para satisfacer la demanda. El diario del día martes 29 de Junio de 2010 presenta como noticias principales en primera plana: Con equipos y tecnología local la ciudad se prepara para el III Congreso Iberoamericano de Cultura Medellín… 2010 Conciertos gratuitos y un montaje sin igual y 31 mil millones de pesos fueron girados a Medellín para la salud en el régimen subsidiado…Llegó la plata para la salud. En una edición reciente del periódico El País Manuel Vicent comenta que " cualquier emisora que conectes, a cualquier barra de bar, tertulia o despacho que te acerques no oirás un comentario que no hurgue con placer masoquista en la herida de la crisis. Hay que atravesar un largo estercolero de insultos, estupideces, una salmodia derrotista pronunciada con una verborrea mediocre para encontrar una opinión inteligente, ponderada y positiva que te alegre la vida”. García Canclini dice que cada vez es más difícil encontrar un acontecimiento no convertido en noticia, un placer sin publicidad previa... Sin embargo, los museos ordenan estas búsquedas y transgresiones. Los medios masivos nos preparan para llegar a ellas sin sorpresas, las ubican dentro de un sistema clasificatorio que es también una interpretación, una digestión. El politólogo Giovanni Sartori añade que la llamada realidad virtual es una irrealidad que se ha creado con la imagen y que es realidad sólo en la pantalla. Lo virtual, las simulaciones amplían desmesuradamente las posibilidades de lo real, pero no son realidad. Rausell y Rausell hablan que hoy mientras que existe una realidad, considerada como tal, que permanece en el campo de nuestra experiencia directa cotidiana, y en relación con la cual podemos escuchar o pronunciar enunciados verdaderos o falsos, existe una segunda realidad que solo conocemos a través de los medios de comunicación, que es tan inmensa y contradictoria que ya no somos capaces de discernir los enunciados verdaderos de los falsos y nos referimos a ella en términos de verosimilitud o inverosimilitud...Esto es, le aplicamos los mismos criterios con los que evaluamos la ficción. Oscar Rivadeneyra en su artículo “La realidad de los medios y de la realidad real” escribe que para desasosiego de los espectadores y estupefacción de los críticos, Andy Warhol grabó en una de sus películas underground de los años sesenta la imagen fija durante un día entero, del Empire State Building, sin otro argumento documental que el simple hecho de estar allí y continuar allí. En otro film del artista pop es el primer plano de un hombre dormido durante una larga noche el que "protagoniza" la eterna secuencia. Debía Andy Warhol querer demostrar que la vida verdadera no era filmable o al menos cuando se hacía no resultaba soportable para el espectador. Probar que el paso imperturbable de la mayoría de las horas era intrascendente y prescindible para la configuración de una historia. Que ninguna obra recreadora: película, novela, teatro, podía pasar por tal sin convertirse o fragmentarse para que percibiéramos solamente los momentos clave, los escasos instantes de pasión o acción que la vida depara. Los medios de comunicación, tan imitativos de los idiomas cinematográficos y novelescos, eligen a diario secuencias mínimas de la realidad verdadera para convertirlos en crónica, reportaje o emisión directa, pues el mundo rara vez es un espectáculo. Y de la realidad verdadera nada, del paso reposado y personal del mundo, ignorante del espectáculo oficial de las crónicas, nada, de lo que hubiera filmado Warhol provocadoramente de nuestras vidas, es decir los continuos segundos, minutos y horas que trascurrimos a espaldas de la única realidad oficial trasladada a realidad permanente, nada. De la eterna y trascendental pausa entre la rueda de prensa, el atentado terrorista, el accidente o la conmemoración nada. ¿Hasta cuándo y hasta dónde va a permitir este perceptor, público, espectador, lector, una traducción irreal de la realidad? En Tijuana se vislumbra un cambio de actitud, el ciudadano empieza a tomar la palabra.

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