domingo, 16 de mayo de 2010

Cuando la cultura nos alcance…la arquitectura será testigo




Hace algunos años la escuela de arquitectura del Tecnológico de Tijuana presentó un proyecto, maqueta incluida, que contemplaba una gran área en la zona del río donde se ubicaban varios edificios enfocados a actividades culturales, encabezado por el arq. José Luquín, a quien se catalogó como un soñador, el proyecto motivó en su momento una reflexión acerca de la importancia de los espacios culturales.
El sueño parece que se hace realidad poco a poco: el Museo del Trompo, la futura sede de la Orquesta Sinfónica de Baja California y el futuro Centro de las Artes conformarán un núcleo cultural que aunque no es parte de un plan maestro tendrá un efecto positivo en la ciudad.
En Kyoto, Japón se aplicaron acciones de recuperación artística y urbanística en zonas abandonadas y antiguas de la ciudad con la cultura y el arte de por medio, En Newham, al este de Londres, se desarrolla el proyecto Caminos hacia la creatividad, a cargo del Newham Sixth Form College (NewVic) y la Universidad del Este de Londres. Newham, la tercera zona más deprimida del Reino Unido, es un ejemplo de cómo la creatividad y unos nuevos planteamientos educativos pueden relanzar económica, social y educativamente una zona. La consolidación de la marca “Barcelona”, en España, como destino turístico internacional urbano, con la cultura como elemento de diferenciación, como demuestra la propia estrategia impulsada desde el consorcio Turismo de Barcelona para el bajo el lema “Barcelona es cultura”. Valencia y Bilbao han conseguido también su propósito: En el primer caso, la cultura también ha sido un hilo conductor, como se evidencia en la propuesta “Cultúria: un riu de cultura” aludiendo al eje fluvial del Túria. La Ciudad de las Artes y las Ciencias o la propuesta de renovación del Instituto Valencino de Arte Moderno (IVAM), los puentes sobre el río que son a la vez edificios culturales sirven como ejemplo, en el segundo caso el efecto del Museo Guggenheim y el Palacio de Congresos y de la Música Euskalduna han atraído un creciente turismo cultural y se ha conseguido un efecto realmente dinamizador de la actividad cultural y económica de la ciudad. Liverpool, la ciudad portuaria del noroeste de Gran Bretaña de la que surgieron los Beatles, fue designada Capital Europea de la Cultura para 2008. La ciudad se vio muy afectada por el declive industrial de la postguerra, pero ahora los muelles a lo largo del río Mersey se han convertido en centros de arte, tiendas y viviendas. En Santiago de Chile han encontrado en las ferias, las plazas y los parques, lugares desde los cuales comunicar y legitimarse, al tiempo que han impulsado una vuelta a la ciudad que es también una vuelta al Centro, que activa las calles los fines de semana, y “Museos en medianoche”, una actividad que abre al público ocho museos céntricos desde las 6 de la tarde hasta la medianoche, con el propósito de reinventar un área que suele asociarse con violencia, prostitución, miedo y crimen. Y no podía dejarse de anotar el caso de Medellín, Colombia, donde un plan estratégico apuesta a la educación y la cultura la transformación de la ciudad y del imaginario social que apunta a identificar la manera como cada ciudadano se representa, hace uso o visualiza y valora su ciudad, con resultados asombrosos.
Todas estas iniciativas en torno a la cultura, asumiendo que “lo cultural” va más allá de lo que se diseña en las oficinas o dependencias específicamente culturales y que es indispensable “culturizar” los planes estratégicos y las visiones de futuro de la ciudad, y además, conocer su dinámica cultural real para interactuar con ella, lo que va generando nuevos espacios arquitectónicos que no surgen de un capricho sino que responden a un plan previamente trazado.
La cultura, en su acepción de elemento que aglutina y a la vez da contenido a los distintos enfoques de lo urbano, es un factor de proyección de primer orden para una ciudad, como Tijuana, que tiene mucho qué decir. La arquitectura de los espacios culturales forma parte esencial del turismo cultural que es el que ha mostrado las mayores tasas de crecimiento en la última década a escala mundial, representado cerca de una quinta parte del mercado turístico. A lo que vemos necesitamos más arquitectos soñadores y más políticos inteligentes.

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