sábado, 29 de mayo de 2010

Cuando llega el tiempo de hacer, no hay burro cojo


La mejor manera de prever el futuro es crearlo. P. Drucker

Ha transcurrido largo tiempo en que la reflexión nos ha marcado rumbos por dónde caminar hacia una ciudad en equilibrio. Todos los esfuerzos suman y ni el gobierno federal, ni el estatal, ni ahora la próxima administración municipal, ni los ciudadanos, tenemos pretexto para no hacer. Se ha dicho que el futuro es fruto de los sueños del pasado y de las elecciones del presente. Futuros hay muchos, basta echar una ojeada a la página www.wikifuturos.com/es la herramienta digital de Cree Futuros, un movimiento, iniciativa brasileña, para motivar y movilizar personas, inspirar elecciones e identificar oportunidades de innovación. Revisando las propuestas encontramos muchas que también han surgido en Tijuana, otras que manifiestan audacia u originalidad, pero todas estas iniciativas carecen de valor si no se ponen en acción, si no pasan de la idea, del plan, de la reflexión al hacer. El sociólogo Manuel Castells comenta que “esa actitud de encerrarse y renunciar a ver la crisis y renunciar a superarla es autodestructiva. En mis viajes por China me enseñaron una cosa que nunca olvidaré, muy profundamente chino y confuciano, y es que el ideograma chino que significa crisis, es el mismo que significa oportunidad, que toda crisis es oportunidad. Yo creo que hemos estado viviendo en un modelo de nueva economía extraordinariamente creativo, pero que no era sostenible. No era sostenible no tanto por razones económicas, que se podían reestructurar desde su propia dinámica, sino por la inserción social, cultural y ecológica en el mundo”. Ya visualizamos cambios en proceso, desde la ciudadanía y en algunos organismos, hace falta incrementar, sin temor, los esfuerzos y no hay pero que valga ni dirección sin meta. Y seguiremos insistiendo en que la cultura permee sobre la economía, la política y lo social con la finalidad de construir creativamente nuestro presente y nuestro futuro. Por aquí y por allá aparecen planes de rescate, de apoyo a ciertos segmentos o sectores y habrá que hablar de apoyos a cambios de reformas estructurales profundas, a cambios de modelos y paradigmas. Una parte de los cambios requieren de voluntad política y de inversión en los mismos, hay iniciativas de urgencia inmediata y otras de mediano plazo, así como la necesidad de iniciar los cimientos de una nueva forma de ver nuestro entorno y aquí el arte y el diseño juegan un papel predominante. Hay que invertir recursos en la creación y hacer un ajuste en el gasto público en cultura. La iniciativa privada debe invertir en cultura para cimentar y darle sentido social a sus acciones lo cual redundará en un mayor beneficio para su empresa con alcances a largo plazo evitando caer en la inmediatez de la oportunidad del comercio global que igual se esfuma dejando menos que al principio. En España se propone apoyar a los sectores de la economía del conocimiento como un nuevo modelo de crecimiento económico. Para ello se pretende elaborar un plan de encargo a artistas visuales de obras en el espacio público, inversiones de apoyo a centros y espacios de producción cultural, fondos de ayuda económica a la investigación, aumento de presupuesto a los museos para la adquisición de obras de arte, facilitar el acceso al crédito, incentivar el turismo cultural, ampliar la oferta de espacios para la creación a precios asequibles, apoyo a nuevos emprendedores, incentivos fiscales, aumento en pocas palabras del gasto público en cultura. Y lo mismo sucede en otros países, iniciativas encaminadas a promover la creatividad en todos los sectores para encontrar nuevas formas de hacer política, nuevas formas de ser ciudadano dejando a un lado las imposiciones de la globalidad que sólo impulsan un consumo sin sentido. Los medios son un factor importante en este cambio, tener la capacidad de visualizar los cambios y dar a conocer las iniciativas culturales es también un factor de refuerzo de los mismos medios. Hacer una ciudad distinta, como lo dice el sociólogo Tulio Hernández: “estas ciudades son al mismo tiempo, los grandes laboratorios de la innovación social y de la creatividad cultural de nuestros países. Las nuevas musicalidades que nos definen e identifican, las mutaciones deslumbrantes del habla popular, los novedosos mecanismos de resistencia política y solidaridad social, los lenguajes visuales permanentemente renovados, encuentran en las grandes ciudades su fermento crítico y su mejor espacio de realización.” Hacer y hacer ahora.

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