sábado, 29 de mayo de 2010

1968… el Mundo de la Vida



Sólo se puede ver lo invisible si se lo está buscando. Sherlock Holmes

Una parte del título de este escrito alude a lo que el filósofo Edmund Gustav Albrecht Husserl llamaría Mundo de la vida, un sentido compartido, incuestionado pero cuestionable, un manantial inacabable, decía, del que beben estructuras simbólicas como el lenguaje, el mito, el arte. El año refiere a Castoriadis para el que 1968 es el año en que se posiciona el término imaginación en boca de todos a raíz de las manifestaciones inicialmente juveniles que se tomaron las calles de París, Praga y México, con pancartas que abogaban por llevar la imaginación al poder. A raíz de esto un término generalmente asociado a lo irreal era por primera vez arrastrado a lo real. Es en este contexto en que surge el concepto de imaginarios sociales. Lo real, para Castoriadis, es aquello generado por cada sociedad mediante un proceso de institucionalización de elementos imaginarios. Pensamos, imaginamos, soñamos y finalmente nombramos lo invisible, y con ello, tal como al Gólem de Praga, un ser animado fabricado a partir de materia inanimada, logramos darle vida, pasando a formar parte constituyente de la realidad social. Una característica de los imaginarios sociales es que se encuentran básicamente enfocados hacia el futuro, lo que nuevamente establece una distinción con otros conceptos que se utilizan en el mercado de los estudios culturales y sociales, tales como conciencia colectiva y representaciones sociales. El imaginar estaría vuelto hacia adelante, lo que, para el influyente filósofo francés Gaston Bachelard, lo diferenciaría e incluso opondría a operaciones mentales como pensar, que se detiene en el presente, y soñar, que sería una construcción tejida con retazos del pasado. La intención siempre de abordar, a través del texto o de una exposición, un momento histórico, una corriente de arte o un pensamiento es generar el diálogo, contrario a lo que un espectador comentaba al ver una imagen de guerra en una obra de arte, lo que le parecía “promover la violencia” ignorando una realidad a la que hay que enfrentar y no esconder la cabeza en un agujero. Imaginar desde la realidad nos lleva a actuar. Los imaginarios, por otra parte, sirven también para explicar, percibir e intervenir la realidad, en una lucha de tensiones que se da entre el Estado, el mercado y las empresas de construcción de realidad como las instituciones religiosas, educativas, y las comerciales de la moda. Archivos Ciudadanos de América Latina. Proyecto Imaginarios Urbanos de Armando Silva, es un ejemplo importante, propone un acercamiento a una de las formas en las que se ha querido entender cómo los ciudadanos representan sus ciudades a la vez que construyen nuevas relaciones con ellas. Este espacio de consulta, configurado inicialmente para la Fundación Antoni Tàpies en Barcelona, y que luego se reformula acondicionándose a su nuevo contexto, apoyado por el Convenio Andrés Bello, da acceso al conjunto de intuiciones, registros, escritos, libros y análisis que componen y materializan el proyecto, con la intención de mostrar y debatir lo que sobre imaginarios urbanos se ha dicho, y utilizando una práctica concreta geográficamente localizada. Dirigido por Armando Silva y llevado a cabo por un gran número de colaboradores en las diversas ciudades estudiadas, el proyecto cuenta ya con una larga andadura y una gran cantidad de material recopilado en sus distintas fases, un material que en su diversidad y heterogeneidad ya da una idea cabal de los retos y dificultades de la tarea acometida. El proyecto se materializa con la publicación de los libros de cada una de las ciudades investigadas: Bogotá imaginada
Santiago imaginado, Barcelona imaginada, Montevideo imaginado, Quito imaginado, Sao Paulo imaginado, La Paz imaginada, Buenos Aires imaginado, Ciudad de México imaginada ( estudio coordinado por Miguel Ángel Aguilar, profesor e investigador en la Licenciatura de Psicología Social en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM) , Caracas imaginada, Lima imaginada, Asunción imaginada, Ciudad de Panamá imaginada. Armando Silva explica los principios metodológicos que se han aplicado en los trabajos sobre imaginarios urbanos que se han llevado a cabo hasta el momento. Estos trabajos se inician con la obtención y el procesamiento de datos estadísticos a través de una serie de formularios realizados con una técnica que detecta lo que Silva denomina "puntos de vistas ciudadanos". Piensa que lo que importa no es buscar las estructuras del lenguaje sino analizar qué es lo que se quiere decir, la enunciación, cuando se dice algo, esto es, centrarse en el significado social y en las intencionalidades de los mensajes. La teoría de los imaginarios urbanos trata de estudiar cómo se enuncia, cómo se significa en una colectividad la ciudad desde una serie de determinantes narrativos, de puntos de vistas ciudadanos que se cruzan entre sí. Un ejercicio que sería interesante hacer en nuestra ciudad para ver lo que estamos buscando.

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