domingo, 16 de mayo de 2010

Participación ciudadana y los colectivos urbanos



Hay muchas maneras de entender el espacio urbano, la ciudad se vuelve compleja y la recorremos con angustia, sorpresa o deleite. Hay espacios que no reconocemos o situaciones hostiles que no controlamos. Hay lugares libres en los que podemos sentirnos libres de hacer lo que queramos hacer. Hay lugares de los cuales nos apropiamos, los hacemos nuestros y los vigilamos, lo transformamos, establecemos con ellos una relación especial. Una manifestación verdadera de la apropiación del espacio es la fiesta. En este momento la seguridad se hace presente, sin policía, sin armas, sin violencia, el espacio se vuelve nuestro y nosotros somos sus vigilantes. La seguridad a partir de la libertad de actuar, de un diseño amable del espacio. Las soluciones a la seguridad basadas en el aislamiento, guardias de seguridad, fraccionamientos bardeados atentan contra la esencia del habitante. ¿Qué debemos hacer? La única posibilidad es la responsabilidad hacia lo que nos rodea y hacia nosotros mismos. Debemos recuperar la esperanza de poder modificar las conductas anteriores, debemos recuperar el poder de decidir, tener el poder de elegir y responsabilizarnos de ello. La participación ciudadana puede conseguir que los procesos sean más rápidos, pues el análisis es más fiable, se evitan soluciones equivocadas, y se prevén los posibles conflictos, por la presencia de los participantes. De igual modo facilita que los recursos se utilicen más eficientemente, que mejore la calidad del producto y el sentimiento de apropiación y que se aumente la confianza y las capacidades de los implicados. Una forma de participación que se ha desarrollado en varios países de habla hispana son los colectivos urbanos, grupo de personas que deciden poner atención en su entorno y resaltar sus cualidades o mostrar sus defectos. Hacer visible estos defectos que muchas veces perdemos de vista de manera consciente, pero que nuestro inconsciente sigue sufriendo el efecto negativo de éstos sobre el espacio. La participación es una práctica que no acaba nunca, ya iniciada responsabiliza al colectivo y va dando en el camino el poder al ciudadano, construyendo redes ciudadanas, aprendiendo a escuchar a los demás, sin juicios, con reflexión de las propuestas, sin negar la opinión de los otros simplemente por ser precisamente otros y no yo y mi grupo. He seguido por un tiempo las acciones de un colectivo chileno, el colectivo Grupo Grifo, que igual han participado en el debate del proyecto del metro en Santiago, que elaborado campañas para poner atención en lo básico, que se nos olvida con frecuencia, como dar las gracias o pedir las cosas por favor. Su influencia ha traspasado fronteras, en su página web ponen a disposición de quien lo desee los diseños de sus calcomanías, uno de sus vehículos más efectivos de participación. Se pueden ver en varios países latinoamericanos y de igual manera se traducen al francés o al italiano. Otro de sus proyectos: Ciudad Color, pretende llamar la atención al olvido del diseño de los espacios públicos, donde es frecuente que los elementos que prevalecen es la economía de recursos o la ignorancia. Ciudad Color se basa en el rescate activo de espacios públicos que no tienen cabida en la funcionalidad estética de la ciudad, siendo solamente muros de hormigón. Estos espacios son los usados por Ciudad Color como soporte de intervención, con el fin de devolver el color a la ciudad y hacer de ésta un espacio más habitable. Su manifiesto es simple: Los grifos estamos por todas partes, vivimos en la ciudad. Parecemos todos iguales, pero si te fijas, todos son muy distintos, especialmente por donde están ubicados, por nuestro entorno. En la ciudad existe a veces temor de salir, bajar la vereda y caminar por la calle. Salir de tu metro cuadrado, encontrar a otro grifo y saludarse. Otro ejemplo es Tranvía Cero un colectivo de arte contemporáneo del Ecuador; es una propuesta independiente y autónoma que surge de la necesidad de dar respuesta, confrontar y resistir a una visión oficial de la cultura. Promueven al zur-ich Encuentro de Arte Urbano que es un proyecto independiente y autónomo que propone Tranvía Cero para la ciudad con una política de integración e inserción artística en la esfera urbana para generar alternativas visuales que conjuguen el ejercicio plástico con la comunidad. Este colectivo fue invitado el año pasado a ciclo de conferencias "Conversando con la Otra" llevado a cabo en la ciudad de México donde participaron de Tijuana: Torolab y el colectivo HEM. El colectivo Hematoma de Guadalajara que ha elegido el cartel como medio con dos objetivos claves, la promoción del diseño y el encuentro de la comunidad con temas alusivos a ella misma, como incentivo de reflexión, su participación en el barrio de Tepito en la ciudad de México fue un refuerzo importante para el habitante del barrio para reconocerse en él y rescatar el orgullo después de una campaña negativa en su contra. Participación ciudadana, propuestas positivas, distintas visiones en un fin común: la ciudad, la comunidad en marcha garantizará un entorno más amable

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